Sin lugar a dudas, uno de los principales temas que rodean a nuestro fútbol es el desempeño de los árbitros dentro de las canchas. Semana a semana se multiplican los reclamos por parte de hinchas, jugadores, técnicos y hasta incluso dirigentes, hacia los jueces. El tópico de «los malos arbitrajes» está instalado, no solo en la Primera, sino en todas las categorías que rodean el mundo del esférico en Argentina.
Patricio Loustau, hijo de Juan Carlos y actual juez de Primera División, se quedó con el premio Alumni 2015 al Mejor Árbitro. Tras ser galardonado como el mejor, Loustau dialogó con Vermouth Deportivo sobre las sensaciones al recibir su premio, las críticas que reciben a diario los colegiados y que medidas adoptar para que esta situación cambie, por el bien del fútbol argentino:
Vermouth Deportivo: Después de tanta crítica fecha a fecha, ¿qué se siente que te reconozcan por tu labor dentro de una cancha?
Patricio Loustau: La verdad que estoy muy feliz, muy contento por la chance de haber obtenido este premio. Creo que de la misma manera lo merecían mis compañeros de terna Fernando Rapallini y Darío Herrera pero bueno, esta vez me tocó a mí. Realmente estoy muy feliz y compartiéndolo con mis compañeros de mesa.
VD: No quiero imaginar como debe estar Juan Carlos, tu padre, por este premio…
PL: Yo estimo que se va a poner muy contento. Como dije cuando me entregaron el premio, él fue mi profesor, mi maestro para la vida, junto con mi madre, y estoy seguro que estarán muy felices.
VD: Cuando subiste al escenario a recibir el Alumni, dijiste que nuestro fútbol necesitaba un cambio masivo. ¿A qué te referiste?
PL: Todos deben colaborar para esto. Comunicadores sociales, directivos, jugadores, directores técnicos, todos. Tienen que entender que nosotros entramos a la cancha para hacer la mejor tarea y contra 16 cámaras es prácticamente imposible. Tienen que entender que 8 ojos, porque hoy somos un equipo de 4 personas, no pueden ver más que 16 cámaras. Nosotros siempre entramos a una cancha para dejar al arbitraje argentino en lo más alto, como supo serlo durante muchos años alrededor del mundo.