FÉNIX: LA HISTORIA DEL CLUB QUE PERDIÓ DOS CANCHAS EN 37 AÑOS

Marcelo Patroncini julio 22, 2015


Fundado en 1948, el Club Atlético Fénix tuvo que esperar siete años para tener sus terrenos iniciales. En pleno barrio de Colegiales se construyó la primera cancha tras una cesión precaria de un playón de maniboras del ferrocarril. De a poco fue armando su estadio para competir en los torneos de AFA en 1959. Las tribunas de madera pertenecieron a la vieja casa de Atlanta aunque otras versiones aseguran que fue All Boys quien prestó los tablones. En el mítico recinto de Capital Federal consiguió el ascenso a la C en 1963. Pero las horas más oscuras llegaron con la última dictadura militar en Argentina.

Promediaba el año 1977 cuando, el brigadier Osvaldo Cacciatore, intendente de la Ciudad de Buenos Aires por decreto nacional, anunció el famoso «Plan de Autopistas Urbanas». Eso, sumado a la propuesta de erradicar todas las villas miseria de la Capital previo al mundial de fútbol, afectó completamente al Cuervo. Y no sólo al de Boedo que actualmente está en Bajo Flores sino también al que, originado en Colegiales, debió buscarse nuevos escenarios hasta recaer en Pilar. Tarde o temprano, el fútbol iba a pagar la impunidad de dichas decisiones autoritarias.

En 1978 se intimó al Club Atlético Fénix a desalojar su predio «en un plazo de 15 días». Un año más tarde sucedió lo mismo con San Lorenzo de Almagro. Ambos «Cuervos» tuvieron que alquilar por doquier en los años siguientes.

Sin moverse de Capital, los oriundos de Conde y Concepción Arenal, pasearon por Excursionistas y Defensores de Belgrano. Luego comenzaron a merodear estadios del Gran Buenos Aires hasta que en 1998 se gestó una mudanza mucho más grande. El partido de Pilar estaba dispuesto a cobijar a un desamparado Fénix y el sueño se concretó en el 2004 cuando, el conjunto Blanco y Negro, volvió a sentirse local. Sobre la ruta 28, y con el apoyo del gerenciador, César Mansilla, se inauguró el Carlos Barraza donde la institución consiguió sus más importantes logros hasta llegar a la Primera B Metropolitana e, incluso, al Reducido por un lugar en el Nacional B. Finalmente una pelea entre los dirigentes porteños y quienes manejaban el fútbol, dejaron una vez más a este club sin estadio. La historia para el Cuervo, se repitió nuevamente.

Rodolfo Abbeduto, es parte de la dirigencia porteña de este Fénix que se forjó en el barrio de Colegiales. Sufrió la primera mudanza de su club y, actualmente, tuvo que aceptar la segunda. La institución, que estuvo próxima a jugar en Mercedes, hace de local en el estadio del Deportivo Armenio durante este 2015. No obstante la comisión directiva está evaluando diversas alternativas para recuperar, justamente, el terreno perdido. Por eso mismo la intención del Cuervo no sólo pasa por la «restitución histórica» del predio en Capital Federal sino también por volver a jugar en Pilar.

Vermouth Deportivo: ¿Puede Fénix pedir la reestructuración histórica como lo está haciendo San Lorenzo?
Rodolfo Abbeduto: Nosotros estamos pensando en eso, ya hicimos carpetas, las hemos presentado en el Gobierno de la Ciudad. Pero la intención nuestra es seguir en Pilar, apostamos a Pilar. Hay una cantidad de gente allá y por motivos que son de público dominio no podemos jugar en el Estadio Municipal. Ahora lo que queremos es que el Gobierno de la Ciudad nos ceda el Polideportivo Colegiales que es donde estaba nuestra cancha antes, eso sí lo estamos pidiendo y es para que el club siga teniendo pertenencia en Capital. Pero a pesar de eso, el club no quiere perder lo que perdió en Pilar. Hoy hay un caudal de gente que no puede ver al equipo.
VD: ¿Le molesta ver hoy al Estadio Carlos Barraza sin las inscripciones de Fénix como si ahí no hubiesen quedado recuerdos?    
RA: Personalmente siempre supe que ese no era nuestro estadio. Nosotros queremos tener nuestro estadio con nuestra escritura y hacer lo que el club crea conveniente sin depender de un tercero.
VD: ¿Cómo es perder dos canchas en poco más de 30 años?
RA: La primera fue por la Dictadura cuando ya teníamos todo preparado. Inclusive tres meses antes el Gobierno nos había dado un dinero para que nosotros podamos cercar el predio, lo habíamos cercado y de golpe nos fuimos. Y esta última fueron decisiones que no hemos compartido y la realidad es esa.


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