Esto no da para más, así no chicos… El último fin de semana se registraron partidos de incidentes en las categorías inferiores de nuestro fútbol: uno de ellos ocurrió en Parque Patricios donde los pibes de la 7° de Huracán terminaron a las trompadas contra sus pares de la de Boca en un final escandaloso de partido. En Córdoba, el partido entre Talleres e Instituto de la 6° división debió ser suspendido por incidentes entre los jugadores.
El último sabado 3 de octubre, dos hechos bochornosos sacudieron el mundo del semillero argentino: los chicos de Huracán cayeron derrotados ante Boca por 2-1. Tras el pitazo final del árbitro, los juveniles del Globo arremetieron contra los del Xeneize debido a la bronca que acumularon durante el juego. Golpes de puño entre los más pequeños provocó la intervención de técnicos, árbitros y colaboradores para ponerle final a un escándalo.
Los jugadores del conjunto de Parque Patricios argumentaron que los sucesos ocurrieron debido a que «el arbitro les robó el partido, siempre tirando para el lado del grande y perjudicando al más chico»…
Aún peor fue lo ocurrido en Córdoba, durante el derby entre Talleres e Instituto: los chicos de la T ganaban el partido, pero La Gloria reaccionó y dio vuelta el marcador. En pleno festejo de gol, un jugador de Talleres arremetió insultando a los de Instituto, provocando la reacción violenta de estos. El partido debió ser suspendido debido a la trifulca donde se vieron involucrados la mayoría de los jugadores de unos y otros.
El árbitro del cotejo, Ángel Daniel Rebusconi comentó tras la suspensión: «Los ánimos están muy calientes. No se puede jugar. Estamos muy maleducados. Tenemos una falta de educación muy grande. Esto fue lamentable«. Increíble.
Estamos equivocando el camino, así no deben ser las cosas. Hoy en día, en nuestra sociedad violenta, los más chicos se contagian y plasman dentro de la cancha lo que ven por televisión. Vivimos el fútbol como si no hubiera mañana, donde ganar es lo único bueno y perder te convierte en lo peor. Es momento de frenar la pelota y cambiar, para evitar que estos hechos vuelvan a ocurrir. Debemos enseñar con el ejemplo, cambiar los más grandes para que aprendan los más chicos. De esta manera, todos estamos perdiendo por goleada.