Los Leones hicieron historia, mostraron sus garras y jugaron un gran partido en territorio nórdico para conseguir el objetivo que parecía utópico. Con un triunfo por 1 a 0 el conjunto de la Capital de Dinamarca se metió en octavos de final de Champions League después de 12 años
Copenhague estudió mucho y rindió a la perfección. Sabiendo que el empate los metía en la próxima instancia, los de Jacob Neestrup le hicieron un gran cerrojo defensivo al Galatasaray que, cuando adelantó líneas, no sólo logró su cometido sino que tuvo que encenderle velas al Bayern Múnich.
Era más que una final porque quien perdía podía quedarse prácticamente fuera de todo. Así fue como, desde el minuto cero y hasta el entretiempo, prácticamente ni se patearon al arco. La única jugada para destacar hasta el entretiempo fue un derechazo de Peter Ankersen para los locales que se fue besando el palo derecho.
En la complementaria, los Leones rompieron el cero en la capital de Dinamarca en una gran jugada por izquierda. El dueño de casa agarró a contrapierna al fondo del conjunto turco, Elias Achouri lanzó un buscapié y Lukas Lerager empujó al fondo del arco de Fernando Muslera.
Galatasaray intentó empatarlo y ponerse a tiro nuevamente con un tiro de Kerem Akturkoglu. Así el reloj le jugó una mala pasada a los de Okan Buruk que al menos avanzaron a Europa League por la derrota de Manchester United en manos de Bayern Múnich. Y la fiesta fue del Copenhague que ganó 1 a 0 y se metió en octavos de Champions League.
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