Ambas instituciones nacieron gracias al famoso y extinto ramal, Central Córdoba. De origen similar, el Ferroviario y la Gloria, al igual que en la primera rueda, no se sacaron ventajas. La diferencia estuvo en que esta vez, sí hubo goles y el encuentro finalizó 1 a 1.
Desde el arranque Instituto buscó plasmar en el rectángulo de juego su buen momento. Tres triunfos al hilo acarreaba el plantel de Héctor Rivoira y su intención era seguir sumando victorias para no perderle pisada al lider, Patronato. Enfrente estaba el local, apretado por los promedios, que debió soportar los embates de la visita durante gran parte de la etapa inicial.
Iba un cuarto de hora cuando Christian Bernardi asistió maravillosamente a Pablo Magnín quien, de primera, sacó un fortísimo remate que sorprendió a Carlos Franco. De esta forma de los Alta Córdoba se ponían en ventaja e iban por más. Los dirigidos por Luis Medero aguantaron durante más de 20 minutos hasta que, a los 40, Javier Ferreira se llevó de arremetida una pelota por el sector izquierdo y sacudió contra el arco de Lucas Hoyos para estampar el 1 a 1.
La complementaria fue friccionada y mal jugada. Las lesiones afectaron también al recambio y los planteos de sendos entrenadores. El Ferrovario terminó dejando una mejor imagen mientras que la Gloria se conformó con el punto que le amplía su invicto a diez encuentros.
Central Córdoba e Instituto repartieron unidades con el 1 a 1. Es que nacieron por un mismo motivo y compartieron hasta dos empates que quedarán en la historia.