Se despidió en un lugar donde, aún a los 41 años, le dieron la posibilidad de volver a mostrarse cuando muchos creían que su carrera estaba acabada por recalar en la MLS. Ganó un Scudetto con el Rossoneri y hoy, su afición, lo ovación en el Giuseppe Meazza cuando estremeció al mundo entero con su decisión.
«Godbye» decía el mosaico que preparaon los hinchas del Milan para saluar a Zlatan Ibrahimovic que no iba a seguir en el club, se sospechaba que podía recalar en Monza, y terminó optando por colgar los botines de manera profesional.
«Ha arribado el momento de decirle chau al Calcio» dijo el sueco y el pueblo del Rossoneri estalló coreando su nombre. Luego, el ex PSG sostuvo que eran muchas emociones las que le pasaban dentro y cerró: «Forza Milan y arrivederci. Grazie».
Sandro Tonali, hoy también emblema del club de Lombardía no pudo contener las lágrimas. De la misma manera que le pasaba al sueco que salió del Giuseppe Meazza a través de un pasillo que le hicieron sus compañeros en el último club que tuvo el astro sueco.
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