VÉLEZ SARSFIELD 2 – TIGRE 2: SE GUARDARON LO MEJOR PARA EL FINAL

Parecía que el cero a cero era inevitable pero a partir de la media hora del complemento, Vélez y Tigre armaron un partido emocionante con goles, lesiones, expulsiones e intriga hasta el final. Lo ganaba el Matador por dos goles de diferencia y lo terminó empatando el Fórtin con un penal regalado por Erik Godoy, que como un jugador de Voley sacó el peligro con una mano.

El bandera del protagonismo la llevó el local por la propia necesidad de ganar ante su gente. Las intenciones aparecieron desde el primer minuto con un juego ordenado y con paciencia para entrar al área. Las situaciones de peligro estuvieron pero faltó afinar la puntería para convertir. El matador mostró poco y nada, sólo una chance abajo del arco de Wilchez increíblemente fallada. Los cuarenta y cinco iniciales «no dijeron nada», pasaron sin pena ni gloria.

Las emociones llegaron en el complemento y sobre el epílogo del encuentro. El dominio de Liniers no coincidió con la apertura del marcador porque en una contra los dirigidos por Gustavo Alfaro fueron efectivos. Wilchez encaró con muchos espacios, lo vio a Sebastián Rincón y el colombiano metió una pirueta para anotar el 1 a 0. Impensado. El de Zona Norte no había hecho lo suficiente aunque en el fútbol sólo con convertir alcanza. La desesperación del dueño de casa acorraló a la visita pero sin demasiados riesgos. Más a favor de los de Russo cuando Pantaleone golpeó duro a Yamil Asad y se ganó la roja. En este deporte, muchas veces las intenciones quedan en el olvido y por eso el Matador volvió a rematar con un golazo de Federico González, que encontró un hueco y la clavó bien fuerte al arco de Aguerre. A simple viste, todo terminado. Pero lo impensado estaba por pasar. Caraglio descontó tras una pelota que le quedó en el área y batió al arquero Javi García, que en la caída por evitar el tanto se lesionó. Alfaro realizó las tres modificaciones y no quedó otra que Leandro González Pírez se pusiera el buzo. El local aprovechó los ocho minutos de descuento por la demora de la atención al 1 visitante y en un centro Erik Godoy se mandó una voley y la mano en el área provocó un penal clarísimo. Caraglio lo cambió por gol y el Velezano, por lo menos, se quedó con un punto.

En quince minutos pasó de todo. Cuatro goles, una expulsión, un jugador de campo como arquero y la intriga ante un resultado inesperado por cómo estaba el encuentro. Tigre tenía los tres puntos pero se les escaparon de las manos con esa mano infantil de Godoy mientras que Vélez se topó con un punto de la galera aunque lejos está de convencer a su gente. Otra vez le agradecemos al fútbol, por lo menos por los últimos quince minutos.

 

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Nació un día después del gol del Diego a los ingleses pero llegó justo para el postre contra Alemania Federal. El fútbol es su vida. Escribe de la misma manera que juega: excelente. Por eso es crack. Los Piojos y Atlético Madrid son su debilidad. En 2005 fundó esta locura llamada Vermouth Deportivo.
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