Federico Delbonis llegó en el Foro Itálico por primera vez a los cuartos de final de un certamen de la serie Masters 1000, completando una muy buena semana que finalizó con la ajustada caída por 7-6 (2) y 7-5 frente al lungo estadounidense Reilly Opelka. Con esta actuación, el azuleño volverá a meterse entre los mejores 50 tenistas del ranking mundial.
La temporada de Federico Delbonis viene en alza y lo ratificó esta semana en Roma donde desde la etapa clasificatoria llegó a meterse entre los ocho mejores del torneo con importantes triunfos ante el ruso Karen Khachanov (24º), el belga David Goffin (13º) y el canadiense Félix Auger-Aliassime (21º) y retornará al top cincuenta del escalafón mundial.
Ante un tremendo sacador con el Reilly Opelka, cada oportunidad de quiebre es como agua en el desierto, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, ese oasis se convierte en un mero espejismo, algo así ocurrió en el tercer juego del encuentro en el cual Federico Delbonis dispuso de un triple break point pero casi sin tocar la pelota, estaba yéndose a la silla para el cambio de lado 2-1 abajo.
El estadounidense no volvió a dar chances con su servicio, en tanto, el tenista entrenado por Mariano Hood solo cedió tres puntos con el suyo en hasta el 5-5, sin embargo, en el duodécimo juego, Delbonis tomó un par de decisiones equivocadas, y, en la segunda pelota que el grandote de Michigan tuvo para romper el saque de su rival, se despachó con un passing cruzado de revés para llevarse el set por 7-5.
La paridad se mantuvo durante la segunda manga, ambos conservaron su turno de servicio sin pasar sobresaltos hasta el noveno game, instancia en la que el argentino tuvo otra oportunidad de quiebre, pero como en las tres del inicio de la contienda, se le esfumó con un saque ganador del yankee. En el tiebreak, Reilly Opelka no tuvo fisuras, rápidamente se colocó 5-0 adelante y lo cerró por 7-2 en una hora y cuarenta minutos de juego en el que acertó 22 aces con un primer saque que promedió 205 km/h.
La solidez de Federico Delbonis no fue suficiente para contrarrestar el bombardeo que llegaba del otro lado de la red y el partido, en el cual solo cometió 4 errores no forzados y dio apenas dos chances de quiebre, se le escapó porque el norteamericano de 2,11 metros estuvo más preciso en los cierres de cada capítulo, no obstante, llega a Roland Garros con muy buenas sensaciones y resultados que lo avalan.