Un 4 de abril de 2000, a la edad de 21 años, Mirko Saric decidió terminar con su vida. Un accidente automovilístico, lesiones, problemas familiares, fueron algunas de las cosas que lo llevaron a caer en una profunda depresión. Es hasta el día de hoy que el hincha de San Lorenzo lo sigue recordando con mucho cariño, no por lo que hizo dentro de la cancha, sino por el castigo de su ausencia.

Zurdo. Elegante. Portentoso. Veloz. Así era el juego de Mirko. Desde su debut en el Ciclón en 1996 ante Unión en Santa Fe, demostró toda su calidad y se ganó el mote de promesa. Fue tan bueno su nivel que el Real Madrid posó sus ojos en él, ya que lo veían como un posible sucesor de Fernando Redondo. Disputó un total de 52 partidos con la camiseta azulgrana y marcó 5 tantos.

Hoy se cumplen 24 años de su partida y todavía es una herida que aún no cierra. Recordemos que hace un par de años también ocurrió el caso del Morro García. Lo preocupante de esto, es que, hoy en día, menos de la mitad de los equipos de Primera División no cuentan con un psicólogo en sus cuerpos médicos. Y eso que solo estamos hablando de la categoría de élite del fútbol argentino… Hay mucho en lo que hay que trabajar todavía.