El Aurinegro comenzó el 2016 con un importante triunfo frente a la Juve entrerriana que no sólo hizo una gran temporada el año anterior sino que también se reforzó como para pelear arriba. Incluso los de Gustavo Coleoni tuvieron que aguantar el resultado con un hombre de menos y obtuvieron los tres puntos que lo depositan en la cima del campeonato a pesar que todavía no cierre la herida de la final perdida ante Patronato de Paraná por un lugar en la Primera División del fútbol argentino.
La pelota parada fue la clave de Santamarina en Tandil. Cada tiro libre era una situación de peligro para el arco defendido por Lucas de León. Juventud Unida avanzaba como podía buscando la experiencia de Diego Barrado. Pero lejos estuvieron de la mejor tardenoche Juan Menseguez y Fabricio Lenci que prácticamente no inquietaron al ex Douglas Haig, Emiliano Olivero.
A la media hora de juego Diego Sosa puso en órbita un córner que nadie de la visita logró despejar y justamente otro ex Fogonero, Agustín García Basso, empujó con todo el cuerpo al fondo de la red. El dueño de casa ganaba bien por la mínima diferencia frente a la escuadra dirigida por Norberto Acosta.
Fue el mismo Sosa, una de las figuras del partido en el estadio municipal, quien estuvo cerca de anotar en la segunda parte pero llegó antes Matías Marchesini para evitar una nueva caída del arco defendido por De León. El Decano no supo cómo reaccionar ante la desventaja y no pudo aprovechar la diferencia numérica que se dio cuando promediando la etapa final, Sergio Testa expulsó a Leonardo Fredes.
Santamarina cantó victoria aguantando el resultado y aprovechando las pocas luces que presentó Juventud Unida de Gualeguaychú. De esta manera los de Coleoni vuelven a renovar las ilusiones gracias al tanto de García Basso. Eso mirando el vaso medio lleno, porque todavía al Aurinegro le quedó el vacío de la final perdida en Paraná.