Sanma está salado. Indudablemente la fortuna no lo acompañó en lo que va del torneo pero mucho menos en este cotejo frente al Mate donde hizo todo para anotar un tanto pero se topó con una muralla llamada Adrián Leguizamón. En un duelo de necesitados, el equipo de Pedro Damián Monzón cantó victoria por 1 a 0 sobre la escuadra de Oscar Milano que sumó su undécimo encuentro sin victorias.
Argentino de Quilmes le puso fin a una racha de cuatro derrotas al hilo. Los del «Moncho» tuvieron un aceptable primer tiempo pero luego sufrieron los embates de San Martín de Burzaco. Sin embargo el dueño de casa hasta dilapidó un penal y volvió a quedarse con las manos vacías para estancarse en el fondo de la tabla de posiciones y a 20 puntos del líder del campeonato, Deportivo Armenio.
Los horrores defensivos de los Azules le costaron carísimo al conjunto local. El arranque fue un monólogo de los muchachos de Monzón que a los 4 minutos tuvieron su primera gran chance con una aparición de Franco Cristofanelli por izquierda rematando alto. Cuando iban 10 nadie pudo explicar cómo Leonel Barrios no empujó una gran asistencia de Brian Duarte para dejarlo de cara al gol. Sin embargo el tanto no iba a demorar en llegar al Francisco Boga.
Pasado el cuarto de hora se lo perdió Matías Martínez rematando una masita a las manos de Federico Scurnik. Y a los 20, Cristofanelli de tiro libre soprendió a todos con un remate rasante que se tornó inatajable para el uno de San Martín de Burzaco. Argentino de Quilmes ya ganaba 1 a 0, merecía más, pero con el correr del partido se fue quedando y estuvo cerca de entregar una victoria tan esperada como necesaria.
Cuando iban 25 minutos, los de Milano tuvieron su gran situación para empatar. Juan Pablo Loustau comprendió que hubo mano de Duarte en su propio área y sancionó un penal en favor de Sanma. Sergio Valenti tomó la pelota e intentó inflar las redes cumpliendo con la ley del ex pero enfrente estaba Leguizamón que, lentamente, comenzaba a erigirse como la figura indiscutida de la tarde.
Hubo más en el sur del Gran Buenos Aires por parte de San Martín de Burzaco. Gastón David pasada la media hora probó con un tiro libre que se fue apenas alto, más tarde probó Jorge Coria con un bombazo que le sacó astillas al travesaño, y, a los 37, Leguizamón volvió a brillar volando a más no poder para desviar una pelota para que el siete local quiso colgar del ángulo superior izquierdo del arco de Argentino de Quilmes.
El Mate reapareció sobre el final del primer tiempo pero careció de fortuna. Cuando iban 39, Braian Chávez se sacó la marca con una finta espectacular y dentro del área sacudió para estampar el segundo. Sin embargo apareció la espalda de Maximiliano Ortigoza para mandar la pelota al tiro de esquina. Tras ese córner, Chávez contó con una situación mejor aún tras una serie de pifias del fondo de Sanma pero allí estaba el «Ruso» Scurnik para ahogarle el grito.
San Martín de Burzaco sabía que, si quería revertir el resultado, debía mostrar esa imagen que le duró un cuarto de hora en la etapa inicial. Así, en el arranque de la complementaria, fue una tromba merecedora del empate y mucho más. Al minuto de juego Cristofanelli despejó en la línea un cabezazo de David. A los 4, los de Milano tuvieron un tiro libre similar al del gol de Argentino de Quilmes. Daniel Sosa intentó emular al autor del único gol de la tarde y buscó sorprender por debajo de la barrera pero el uno visitante respondió de manera formidable para mandar la pelota por línea de fondo. Y en la jugada siguiente Leguizamón, con una reacción mayestática, una volea de Valenti que tenía destino de red de no ser por la formidable jornada del arquero.
El dueño de casa se fue apagando con el correr de los minutos. El entrenador introdujo variantes que no surtieron efecto mientras el Mate dormía el partido con largos pelotazos a una ofensiva que ya poco gravitaba y lo hacía buscando el buen pie de Duarte. A los 38, Loustau dejó a los Azules con diez hombres por la roja directa que le mostró a David Ledesma quien le propinó un codazo sin pelota a Nicolás Herrera.
Argentino de Quilmes se endulzó un rato en esta floja temporada que nada tiene que ver con la gran campaña que hizo el torneo pasado. Sin sobrarle mucho y sin aprovechar todos los regalos que le ofrendó la última línea local, los de Monzón cantaron victoria por 1 a 0. Mientras tanto, en Burzaco, la mala suerte se apoderó de San Martín que podría llamarse Sal Martín, por el infortunio a la hora de quedarse al menos con algún poroto en su propia casa.b