Cuando parecía que el partido moriría sin goles, River pagó caro las desatenciones en su defensa y con gol de Marquinhos a falta de 10 minutos, Cruzeiro se llevó la ventaja en el Monumental. Panorama difícil para los de Marcelo Gallardo que ahora deben ganar en Belo Horizonte.
La polémica del Superclásico había quedado atrás; el gas pimienta, el partido ganado por escritorio, los jugadores con quemaduras y retinas eran parte del pasado; River se encontraba en una nueva instancia de la Copa Libertadores, en los cuartos de final y el rival a vencer era el Cruzeiro de Brasil, que llegaba luego de eliminar por penales al Sao Paulo.
Luego del reconocimiento en el terreno de juego a Roberto Perfumo y Juan Pablo Sorín, por sus pasos en el Millonario y en equipo brasilero, River salió al terreno de juego iluminado con los celulares de los hinchas para cumplir con el lema y pedido de los jugadores, «alentemos sin bengalas». Con pitazo inicial del chileno Enrique Osses, se dio marcha al partido correspondiente a los cuartos de final. Rápidamente, la visita se encontró con una clara acción de peligro para llegar al primer gol, cuando luego de un tiro libre cerca del área Manoel remató desviado y alto para tranquilidad de Gallardo y compañia.
Con el correr de los minutos el Millonario fue ganando espacio en el terreno de juego, aunque el partido fue duro y trabado, sobre todo en la mitad de cancha. A los 27 minutos dela primera mitad, el elenco dueño de casa tuvo su situación más clara luego de que Jonathan Maidana cabecee y asista a Teo Gutierrez para que defina -en posición adelantada- quebrando la resistencia del arquero Fabio. El propio colombiano tendría una nueva oportunidad de gol, después de un pase de Rodirgo Mora, pero su tiro se iba a un costado de la red rival. Al cumplirse los 45 +1 minutos correspondientes de juego, llegábamos al entretiempo con un pálido 0 a 0.
En la etapa complementaria pocas cosas cambiarían y hasta incluso, el partido se encontró con menos situaciones generadas, a comparación de los primera mitad. Sin embargo, al minuto 18, el corazón de más de un hincha Millonario sufriría un susto, cuando en un desborde por la banda izquierda William remató venciendo a Marcelo Barovero, pero cuando la pelota se disponía a entrar apareció Leonel Vangioni para mantener el 0 en su arco. Se salvaba River, pero seguía demostrando sus falencias atras.
A los 23, el equipo de la Banda tuvo una situación para lograr ponerse al frente, tras combinación con el recién ingresado Fernando Cavenaghi, Gutierrez remató de volea por encima del travesaño custodiado por Fabio. Cuando la sensación era que el partido terminaría sin goles -resultado que no desconformaba a ningún equipo- en otro ataque por el costado derecho de la defensa Millonaria, y luego de un mal rechazo de Emanuel Mammana y un remate contenido a medias por Barovero, Marquinhos se encontró con todo el arco a su disposición para anotar el primer y único gol de la noche. Baldazo de agua helada para las casi 57mil almas que apoyaban a River en el Monumental.
Desesperado y sin ideas, el local buscó el gol que le diera el empate pero cuando llegamos al minuto 49, Osses le dió punto final a esta historia. Fue triunfo -¿y sorpresa?- para el equipo visitante por 1-0. River no pudo sacar ventaja en su casa y ahora deberá ganar en Belo Horizonte para seguir con su ilusión copera. Aún quedan 90 minutos, y eso Gallardo lo sabe. El Millonario no pierde la fe, aunque para lograr clasificar, debe dejar de tener el arco cruzado.