La Natividad es campeón del 128° Abierto de Hurlingham venciendo categóricamente en la final por 14-8 a RS Murus Sanctus. Es el primer título que obtiene club de Cañuelas en un certamen de la Triple Corona. Fue la primera definición de un torneo grande sin La Dolfina ni Ellerstina desde 2008.
Este sábado 6 de noviembre de 2021, en la final del 120º Abierto de Hurlingham Club, los hermanos Camilo y Bartolomé Castagnola, Polito Pieres y el sudafricano Ignatius Du Plessis, escribieron con tinta indeleble otra gloriosa página en la riquísima historia del polo argentino.
Enfrente estaba el encumbrado RS Murus Sanctus, equipo con 39 goles de hándicap, finalista en la edición pasada y que llegaba envalentonado tras haber dejado en el camino a la Zeta en la instancia previa, sin embargo, la escuadra de Cañuelas, con total desparpajo salió lanzado a fondo a buscar los mimbres y con un Polito Pieres inspirado, comenzó la contienda 2-0 arriba y cerró la cuenta en 4-1 al finalizar el segundo chukker.
El juego se hizo algo enredado en el tercer chukker, y aunque ninguno menguó su voluntad ofensiva, el tanteador no se modificó en ese período. Los de azul parecían empezar a tomar control del desarrollo, sin embargo, la enorme figura de Ignatius Du Plessis en el fondo de La Natividad se convertía en un frontón prácticamente infranqueable y con un par de goles por lado, ganando por 6-3 se fueron al descanso largo.

El resultado no reflejaba cabalmente la paridad existente en el trámite del encuentro, pero la gran diferencia radicó en el aprovechamiento de las oportunidades generadas, y en ese rubro, fundamental a la hora de recontó final, los de General Rodríguez estuvieron más certeros. Con el Sapo caset estuvo errático y Facundo Sola lejos de su mejor versión, el equipo francés se sostuvo en el polifuncional Juan Martín Nero y un Pablo Mac Donough que fue creciendo con el correr del partido.
Con dos goles de Camilo Castagnola y otro de Pablo Pieres, La Natividad amplió a 9-5 la ventaja al finalizar el quinto chukker y empezó a teñir definitivamente de verde la final cuando, a falta de dos períodos para el epílogo, el propio Jeta puso una distancia de seis tantos al irse por penúltima vez a los palenques. RS Murus Sanctus lució quebrado anímicamente en el segmento final del cotejo, los de Cañuelas llegaban antes a la bocha, cuando tomaba posesión de la misma aceleraba y terminó a toda orquesta luciéndose con golazos y como fiel testimonio quedó grabado en la pizarra ese 14-8 contundente e inapelable.
Progresión La Natividad vs. RS Murus Sanctus: 2-1, 4-1,4-1,6-3,9-5,11-5,13-8 y 14-8

Debieron pasar 13 años, 38 finales, para que la final de un certamen de Triple Corona no tenga como protagonistas ni a La Dolfina ni a Ellerstina. La última vez que esto ocurrió fue en el propio Abierto de Hurlingham en la temporada 2008 cuando La Aguada, aquel gran equipo de los Novillo Astrada, venciera en la definición a Pilará con recordado gol de oro de Javier Novillo Astrada en chukker suplementario.
Los últimos minutos de un partido que estaba liquidado casi no se disputaron, el reloj seguía corriendo pero entre la algarabía de una tribuna colmada y el ansiedad por festejar de los propios protagonistas, tras los saludos de rigor, los campeones aceleraron por enésima vez, pero en esta oportunidad lo hicieron directamente hacia los palenques para desatar los festejos de una tarde que guardarán en su memoria para el resto de sus vidas.
Fue la primera copa de Triple Corona para La Natividad, así como también lo fue para Camilo y Bartolomé Castagnola e Ignatius Du Plessis, y lo consiguieron en la Lewis Lacey, la mítica cancha uno del club Decano. Pablo Pieres era el único integrante del equipo que ya había saboreado de esta miel anteriormente, pero por la juventud y la jerarquía de estos polistas, se advierte que difícilmente esta escena no se repeta en los próximos años.
