La Albiceleste escribió una de sus páginas más gloriosas un 25 de junio de 1978 cuando, por primera vez en su historia, levantó la dorada Copa del Mundo que ansiaba todo el planeta Tierra. El 3 a 1 sobre Países Bajos en el Monumental le permitió a los dirigidos por César Luis Menotti desatar un festejo de aquellos en su patria, su suelo, y con su gente.

Eran tiempos difíciles desde lo político en el país aunque, por un rato, al menos durante noventa minutos cada tanto, el fútbol servía al pueblo para sanar las heridas. Claro que también al Gobierno de Facto le permitía también tapar sus errores y anesteciar aquellos reclamos que entre durante un mes se tiñeron de celeste y blanco por todas las calles.

La Selección Argentina comenzó su camino al título venciendo por 2 a 1 a Hungría con goles de Leopoldo Jacinto Luque y Daniel Bertoni en cancha de River. Cuatro días después, los de Menotti se impusieron a Francia con igual resultado gracias a otro grito de Luque y un penal convertido por Daniel Alberto Passarrella. Sin embargo, la derrota contra Italia, los clasificó segundos y debieron abandonar Buenos Aires para jugar en Rosario.

En el Gigante de Arroyito las cosas se complicaron para la Albiceleste. La victoria por 2 a 0 sobre Polonia con un doblete de Mario Alberto Kempes era un resultado esperanzador. No obstante, el 0 a 0 con Brasil, obligaba a los locales a golear a Perú en una noche que fue inolvidable. El 6 a 0 ante la Bicolor dejó mucho para desmenuzar y un boleto a la final.

Del otro lado de la llave mundialista venían los Países Bajos que habían hecho sede en Mendoza sin titubeos. En la segunda ronda migraron a Córdoba donde golearon a Austria, empataron con Alemania Federal, y luego, en cancha de River consiguieron un triunfo soñado frente a Italia para meterse en la contienda decisiva del Mundial de 1978 disputado en suelo sudamericano.

El gol de Kempes antes del entretiempo entusiasmaba al dueño de casa. La Naranja Mecánica reaccionó y todavía conversaba bajo el mando de Ernst Happel muchos aspectos del «Fútbol Total» que había impuesto Rinus Michels. Así, a cinco para el tiempo cumplido, empató Dick Naninga. Y los Tulipanes hasta pudieron ganarlo en la última pero el palo le negó el festejo a Rob Rensenbrink.

El alargue trajo tranquilidad para la Albiceleste. Llegó otro gol de Kempes para quedar a un cuarto de hora de la gloria misma y, por último, Bertoni selló el 3 a 1 decisivo que desató un festejo interminable tanto en el Monumental como en las calles de un país que alzaba por primera vez la gloria máxima en el deporte más atrapante de todos.

Un 25 de junio de 1978, hace exactamente 44 años, Argentina se quedaba con el primer título en una Copa del Mundo. El abrazo del alma, las lágrimas de emoción, y la garra de un plantel que lo dejó todo dentro de la cancha fueron una muestra de un torneo inolvidable para que el manto actual pintado de celeste y blanco pudiese tener una de sus dos estrellas bordadas para siempre.

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