Pudo ser de cualquier pero no fue de nadie. Huracán y Vélez tuvieron los arcos cerrados pero aún así armaron un partido atractivo con llegadas de todo tipo: palos, contragolpes, pifiadas y atajadas de los arqueros. El cero fue el protagonismo de lujo. El Globo llegó más a campo enemigo aunque el Fortín casi se lleva todo en el final en el Tomás Adolfo Ducó.
Insinuaron más de lo que jugaron. Tal vez el primer tiempo fue lo único que sobró en el encuentro. El conjunto velezano volvió a penar su falta de conductor y atacó a los tumbos a su rival. Sólo hizo peligrar el arco de Marcos Díaz al inicio con un remate de Delgadillo que entre el 1 del Globo y el palo evitaron el primer tanto de la tarde agradable de Parque Patricios. El local tampoco mostró un gran nivel futbolístico y la única chance que tuvo fue casualidad con un centro de José San Román que pegó en el travesaño. Deudas de ambos.
El control lo tomó el Quemero en el complemento pero fallaría en lo más importante de este deporte: la definición. El equipo de Eduardo Domínguez se cansó de perderse oportunidades desde arranque con Espinoza, Toranzo y varias de Ábila, que pecó de «morfón» para llevarse los tres puntos. El visitante casi golpea sobre el final con una hecatombe en el área que terminó con un manotazo salvador e imperceptible de Marcos Díaz y con una pifiada del ingresado Roberto Nanni en una contra en tiempo de descuento.
El Globo intentó pero su falta de definición le jugó una mala pasada. Las chances del dueño de casa fueron clarísimas aunque nunca supo cómo terminarlas. Vélez demostró que su equipo aún está verde por tantos juveniles en cancha y aún así, casi se lleva de casualidad el triunfo con la pifia de Nanni al final. Llegadas a los arcos no faltaron, lo único que no apareció en Parque Patricios fue el gol.