El Millonario reconoció que no pudo plasmar su juego porque el Globo lo llevó al terreno del roce y, así, el Quemero logró equiparar las acciones. Muchos medios del conjunto de Núñez se quejaron por el mal estado del césped en el Tomás Adolfo Ducó motivo por el cual, los dirigidos por Marcelo Gallardo, tampoco pudieron llevar adelante su lujoso fútbol al ras del piso.
Es cierto que el pasto en Parque Patricios estaba dañado aunque también, la descarga hacia el suelo de Huracán, tiende a ser una excusa para justificar un empate sin ideas desde lo futbolístico. Es posible que si Gonzalo Martínez hubiese convertido su penal, esta historia de la verde gramilla hubiese pasado a segundo plano, como sucedió en el propio Monumental cuando en el primer partido del 2018, River derrotó a Olimpo en un rectángulo de disputa que dejaba mucho que desear.
Corría el mes de enero del presente año cuando el «Muñeco» Gallardo puso el grito en el cielo. El césped del Antonio Vespucio Liberti estaba completamente deteriorado por el uso indebido de unos productos químicos. A contrarreloj los cancheros trabajaron para mejorar el escenario donde el Millonario debía enfrentar al Aurinegro de Bahía Blanca. El colorante hizo efecto, pero si se miraba con detenimiento, había desproporciones que no salieron a la luz porque esa noche, Ignacio Scocco, silenció cualquier queja con dos tantos que se transformaron en una victoria.
Esta no fue la única vez que River estuvo disconforme con el terreno de disputa en los últimos años. De hecho, Facundo Villalba, DT de la Reserva, se mostró muy ofuscado en la caída de su equipo frente al Globo en La Quemita. El «Luigi» no sólo protestó por el arbitraje y las pelotas que aparentaban ser una réplica de las oficiales, sino que también disparó contra los pozos que tenía la cancha auxiliar número 1 del predio de Huracán.
Otro de los capítulos del Millonario y el pasto se dio en marzo de 2015. El equipo, ya dirigido por Gallardo, viajó hasta Perú para enfrentar a Juan Aurich en Chiclayo. El sinético del estadio estaba dañado y los jugadores tuvieron que usar un calzado distinto para afirmarse en la alfombra. Los reclamos siguieron después del 1 a 1 que ponía en jaque al elenco argentino en una Copa Libertadores que después terminó conquistando a pesar de este episodio.
Más atrás en el tiempo, en febrero de 2012, Matías Almeyda conducía al equipo que transitaba la fatídica temporada del Nacional B. Los porteños debieron visitar a Almirante Brown en Isidro Casanova y empataron 1 a 1 pero también presentaron su queja por los yuyos elevados. Días más tarde, Blas Armando Giunta, DT de la Fragata, se sumó a una nota con el diario Deportivo Olé en donde bromeaba con una cortadora y aclaraba que iba a consultar con Leandro Caruso cómo debía podarse el césped.
Lo llamativo de esta cuestión es que siempre que hubo una protesta, referida a la verde gramilla, el club de Núñez nunca ganó. Claro que también hay que recordar que en 2007 el Monumental también estaba lleno de pozos después del recitan de Soda Stéreo y ese fin de semana recibieron a Independiente. Días más tarde, River visitó a Arsenal de Sarandí y José Luis Calderón le dio de comer un poco de césped a Danilo Gerlo. Y así, los reclamos, aparecieron nuevamente en agosto de 2018, una vez más cuando los triunfos se fueron al pasto y debieron justificar el motivo del empate.