La carrera de Fórmula 1 de este domingo trajo consigo un triunfo inolvidable para un piloto que fue profeta en su tierra. Charles Leclerc, de punta a punta con su Ferrari, se dio el gusto de festejar en un circuito sumamente conocido por sus raíces.
Lo llamativo fue que durante el festejo en el podio, completado por Oscar Piastri con su McLaren y Carlos Sainz Jr con el otro Ferrari, apareció el príncipe Alberto de Mónaco para la entrega de trofeos y se quedó para ser parte de la celebración con champaña.
El Príncipe no sólo descorchó su botella y roció a los competidores sino que también se dio el gusto de tomar un buen trago a la vista del público. Y lo cierto es que había motivos de sobra ya que en el «Principado» había ganado un hijo pródigo de esa tierra como el monegasco Leclerc.
Foto: Photo by Clive Rose/Getty Images
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