No hubo una «cámara oculta» pero, posiblemente, para Marcelo Tinelli haya sido «el peor día de tu vida». Las elecciones a presidente en AFA se suspendieron y no precisamente por la presencia de un «panadero» sino porque a «los pelotubbies» responsables hacer el conteo se les filtro un sobre con dos votos. Así, de 75 sufragios posibles, se generó un empate técnico en 38 para cada candidato.
«Los raporteros» atónitos no podían creer lo que sucedía en el predio de Ezeiza. «Aquí Pekerman» forjó las mejores piezas de los últimos años del fútbol argentino, pero el hecho democrático por excelencia de los últimos 35 años en AFA se encargó de opacar todos los logros del ex entrenador de las selecciones juveniles. Dignísimo de «deportes en el recuerdo», la igualdad y el error, estuvieron a un paso de la hecatombe, la debacle total. Y mientras reinaba la confusión en el salón principal, los colegas de «Cólico TV» se despachaban con sus inigualables placas.
El «voto a mano alzada», el «¿y ahora que hacemos?» y otras frases fueron parte del «show del chiste» que se vivía en una noche que pintaba para ser una jornada histórica y terminó en papelón inolvidable.
Todo comenzó cuando se dio inicio a la apertura de sobres al son del «rompé, Pepe». «El equipo deprimente» que conformó la mesa examinadora no se percató del famoso voto pegado que opacó toda una elección. Y mientras «el insoportable» calor reinaba en la sala, todos sudaban esperando la confirmación oficial del nuevo presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Y el ganador fue… «osssssso». Nadie pudo cantar victoria en la lluviosa noche del jueves 3 de diciembre de 2015.
A partir de allí se pasó a un cuarto intermedio donde los dirigentes hablaban tapándose la boca, como los jugadores cuando conversan con los árbitros, o también para evitar cualquier improperio al mejor estilo «noti pip». Al no llegar a ningún acuerdo se decidió por cerrar el evento con una hoja de ruta bien clara: o logran la unidad entre Luis Segura y Marcelo Tinelli, o se vuelve a establecer una fecha para repetir esta elección.
Desorientado quedó el mundo del fútbol argentino. Sólo queda una pregunta clave para el futuro: «¿A dónde vamos, señor?»
Muy buen artículo. Excelente