Aquél Taladro era un verdadero equipazo. Terceros en la tabla general durante la temporada 2003/04 de Primera División, ganaron merecidamente el pasaje a una Copa Libertadores donde no pasaron desapercibidos. Sin embargo, en la impecable clasificación a octavos de final hubo una pelea inolvidable entre Jorge Cervera y Antonio Barijho hace exactamente una década y media.
Arrasaba no sólo por nombres sino por despliegue. Renato Civelli, Javier Sanguinetti, Adrián González, Martín Andrizzi, Daniel Bilos, y el eterno «Garrafa», José Luis Sánchez eran, entre otros, piezas de un plantel que posicionaba a Banfield entre los mejores de continente. Claro que no todo era alegría para Julio César Falcioni. Manejar a esos ´nenes´ era tan fácil como difícil y sino vale recordar esta historia entre el «Loco» y el «Chipi» a 15 años del cruce que tuvieron en pleno Florencio Sola.
El andar de ese Taladro era similar al de un Torino. Rugía, intimidaba, y por dentro ofrecía el mejor de los placeres. Y en esa Copa Libertadores fue de menor a mayor porque debutó empatando con el Caracas en Venezuela, le ganó con lo justo a Alianza Lima en Peña y Arenales, se trajo un punto de visita a Tigres en México pero luego la escuadra azteca lo goleó en su visita a la República Argentina.
A los de Falcioni le quedaban dos cartuchos y no podía dilapidarlos. Barijho anotó en Perú y Banfield se trajo una victoria de oro para clasificar a octavos de final del máximo certamen continental. Sin embargo aún tenía un compromiso más por delante y era frente a la débil escuadra caraqueña en la cual hacía sus primeras armas un tal Oswaldo Vizcarrondo.
La fiesta era completa en el ´Lencho´. Nada podía empañarle al Taladro el hecho de gozar con su gente el pasaje a la siguiente instancia de la Libertadores. Y para sumarle una golosina extra al paladar ya endulzado, Pablo Fernández abría la cuenta desde temprano. Sin embargo, poco después se desató lo inesperado.
Iban 20 minutos, el marcador arriba por 1 a 0, y Cervera le recriminó a Barijho por una jugada aislada en ofensiva. Claro, por algo le decían el «Loco» sino jamás se hubiese atrevido a discutirle a un tipo que ya venía con antecedes de peleas entre compañeros como las que tuvo con Guillermo Barros Schelotto y Raúl Estévez en Boca Juniors. Obviamente, el «Chipi» así como no se achicó con el «Mellizo» o con el «Pipa», tampoco lo hizo con su compañero en Peña y Arenales.
Falcioni, desesperado y a los gritos, trataba de calmar a los dos jugadores del Taladro que entre manotazos y discusiones se salvaron de la tarjeta roja del árbitro uruguayo Roberto Silvera. Y «Pelusa», que leyó el juego a la perfección, no tardó en reemplazarlos. Antes del descanso sacó al ex Huracán y puso a Diego Ceballos mientras que, en el entretiempo paró al oriundo de Mendoza y lo sustituyó por otro demente lindo como «Garrafa».
Esa noche Banfield ganó 3 a 1 y quedó muy bien ubicado para las llaves de octavos de final donde continuó su andar despechando a Independiente de Medellín. Después llegó River, en un ida y vuelta no apto para cardíacos, y se terminó el sueño copero de un equipo inolvidable. Tan inolvidable como esa noche donde Barijho y Cervera discutieron dentro de la cancha sin lograr que nadie los frenara hace exactamente 15 años.