Es vox populi que los mejores vinos son producidos en la provincia de Mendoza. Sin embargo, en pleno corazón de la Capital Federal, más precisamente en el barrio de Villa Crespo, Alejandro Orfila cosechó un grupo de cepas que dieron que hablar en el inicio de la temporada. El Bohemio tuvo cuerpo y saboreó una goleada por 4 a 1 sobre la Lepra cuyana en lo que fue el regreso de los porteños a la segunda división del fútbol argentino.
El resultado pudo parecer excesivo por lo mostrado en el global. Independiente Rivadavia se fue con las manos vacías y algunos desajustes a tener en cuenta pero también dejando en claro ciertos pasajes de protagonismo a pesar del abultado score en su contra. Atlanta fue efectivo, pegó en los momentos justos, no flaqueó cuando su rival se lo empató rápidamente, y luego manejó los hilos del cotejos a su antojo para que su gente siga de fiesta en este 2019 inolvidable.
Descorchó el Bohemio. Festejó y se emborrachó con una goleada que quedará eternamente en el recuerdo de sus hinchas que volvieron a brindarle todo el apoyo a los hombres de Orfila. Fue un partidazo en el León Kolbowsky, de ida y vuelta, con emociones en sendas áreas, hermosas definiciones y hasta con polémicas. Lo cierto es que la escuadra de Buenos Aires, a pesar de sus desacoples defensivos, fue una tromba en ofensiva y ahí justificó los tres puntos que quedaron en su domicilio.
Arrancaron a 220 voltios y no aflojaron en ningún momento. A los 5 del primer tiempo lo tuvo Walter Mazzantti pero se demoró en el remate y terminó dejándosela fácil a Cristian Aracena. En la contra llegó la réplica de la visita pero Juan Francisco Rago salvó con una pirueta de handball ante la vaselina que intentó práctica el intrépido Sergio González que soñará todas las noches con el otrora guardameta de Alvarado de Mar del Plata.
Lo intenso del partido avizoraba un encuentro con muchos goles y los festejos no tardaron en llegar. Iban 10 cuando Fabricio Pedrozo no dio por perdida una pelota, le ganó con el cuerpo a Yair Marín, y tocó sutilmente tras quedar cara a cara con Aracena para estampar el 1 a 0. Atlanta festejaba, se abrazaba, deliraba, pero ni bien movió del medio su rival, le tiró un baldazo de agua fría. Sesenta segundos más tarde llegó el perfecto centro de Matías Viguet para que, Gonzalo Klusener, de cabeza, marcase la parda en Villa Crespo.
El ida y vuelta no cesó. A los 22 desbordó Mazzanti, asistió a Luis López y el «Animal», de palomita, descargó para la entrada de Pedrozo que por una cuestión de milímetros no pudo empujar la redonda al fondo del arco. Dos minutos más tarde fueron los cuyanos quienes tuvieron una situación clara robando una pelota en el fondo local y permitiéndole a Klusener quedar bien perfilado. Sin embargo, el disparo cruzado del ex Almagro, Atlético Rafaela y Antofagasta de Chile, se fue cerca del palo derecho de «Pancho» Rago.
Atlanta volvió a anotar cuando faltaban cinco para el descanso. Un desborde de Joaquín Ochoa Giménez le sirvió la pelota en la cabeza a López. El otrora Temperley elaboró una palomita que le costó frentar al arquero de Independiente Rivadavia. Aracena en un par de manotazos estuvo tan cerca de sacarla como de frustrarse. Y finalmente sucedió lo último.
El 2 a 1 volvía a poner a los hinchas locales en un jolgorio sinigual y el destino estuvo cerca de volver a aplicarles un cachetazo. Los dirigidos por Luciano Theiler volvieron a mover del medio y estuvieron a nada de empatarlo en la siguiente jugada cuando Klusener, de sobrepique, no le acertó al arco. Los Azules del Parque no aflojaban, habían recuperado el protagonismo y se la jugaban a igualarlo antes del entretiempo. Sin embargo, de una jugada en la cual toda la visita reclamó penal, llegó la contra letal que derivó en el tercer tanto para el dueño de casa.
Independiente Rivadavia le reclamaba desairadamente a Pablo Giménez por la pena máxima no sancionada. Atlanta no se metió en ese pleito, siguió jugando y encontró mal parado a su oponente que no podía recomponerse. Nuevamente un centro y una palomita del «Animal» López, esta vez más bella y sin tanto suspenso, significaron un 3 a 1 con el que los hombres de Orfila se fueron al descanso. Podía tratarse de un partido casi resuelto pero con un rival tan intenso como el conjunto de Mendoza, todo podía suceder en la complementaria.
López convirtió el primer triplete de su historia profesional pero el árbitro se lo anuló por offside. Así arrancaba la segunda parte en Villa Crespo. Después fue el dueño de casa quien optó por replegarse, esperar a los de Theiler, y jugar de contragolpe. Y así como rindieron los delanteros en la etapa inicial, Rago brilló en el otro capítulo para evitar sobresaltos. El arquero del Bohemio le descolgó un tiro libre a Viguet, y le tapó dos situaciones claras a González para evitar el descuento. Cuando toda la Lepra se iba desesperada a buscar el segundo tanto, llegó la frutilla del postre para los porteños. Ochoa Giménez tomó una pelota en campo rival, corrió con el esférico dominado, y la colgó de un ángulo para poner cifras definitivas con un golazo de antología a ocho del final.
Ya sin ánimo, Independiente Rivadavia hizo todo el gasto pero se fue goleado del León Kolbowsky en el debut de la temporada 2019/20 de la Primera Nacional. Atlanta, que regresó a la segunda división del fútbol argentino, continuó emborrachándose con un vino made in casa, gracias a las glorisas cepas de las Viñas de Orfila y también a dos botellas de las bodegas de López que volvieron a descorchar en redes rivales. El 4 a 1 ameritó embriagarse con un partidazo de fútbol en la soleada mañana de invierno en Capital Federal.
Atlanta jugó un gran partido y se llevó lo que fue a buscar el triunfo. Y la vuelta a la primera A . Salud Bohemio