Atlanta Falcons no ha sido una franquicia que tuvo chances concretas para ganar el Super Bowl en los últimos 25 años; todo lo contrario, fueron mas las veces que no llegaron a instancias finales de la NFL que las que sí (Matt Ryan defendió los colores de los Falcons por 15 temporadas).
Pero en el año 2016 todo parecía que iba a ser de otra manera. el mariscal de campo tuvo una soberbia temporada regular donde acabó llevándose el trofeo de jugador más valioso, y llevó a los Falcons a las finales de conferencia. Clasificó primero en su zona con 11 victorias y 5 derrotas y en la ronda divisional se despachó con un 30 a 20 frente a Seattle Seahawks.
Su rival en las finales fue Green Bay Packers y lo superó por una diferencia notable: 44 a 21.
Esto los dejaba en excelentes condiciones para alzar el trofeo Larry O’Brien en el Super Bowl 51. Justo este evento es recordado por propios y ajenos como la mayor hazaña realizada en una final.
En detalle, Atlanta había sacado una diferencia de 18 puntos al descanso (21 a 3) y en el comienzo del cuarto período, los Falcons aventajaban a los Patriots por 28 a 9.
Pero la debacle se hizo presente; un soberbio Tom Brady sumado a de la mala defensa de Atlanta y a la poca efectividad de Matt Ryan en los últimos 15 minutos, New England logró el milagro y llevó el encuentro a tiempo suplementario, donde en la única jugada que tuvo el encuentro fue una nueva conversión de los Patriots y se conviertieron en los campeones de la NFL.
Baldazo de agua fría para un jugador que sólo le faltaba el anillo de campeón. No solo no pudo lograr el objetivo, sino que a medida que fueron pasando las temporadas, su nivel decayó notablemente. Atlanta no lograba tener una defensa confiable y el fantasma de aquel Super Bowl siempre estaba merodeando cada vez que la franquicia tenía una ventaja que mantener. No solo que no volvió a llegar a instancias finales, sino que no desde el año 2017 que no alcanza una post-temporada.
Matt Ryan hizo las valijas y fue intercambiado en el año 2022 a los Indianapolis Colts por un par de selecciones del draft (raro para un jugador con su experiencia en la liga). Y para peor, solo pudo jugar 12 encuentros y luego fue enviado a la banca por bajo rendimiento.
La frutilla del postre es que los Colts decidieron cortar al jugador y todo tiende a parecer que su retiro se precipitó de manera muy anticipada, ya que no hay, a día de hoy, ninguna franquicia que quiera hacerse con sus servicios.
Quizas se merecía otro final, uno mas acorde a su historial. Pero los años no vienen solos y su desempeño en la alta competencia no ha sido el esperado en los últimos años.