Pudo haber cambiado la historia del partido por siempre. Si bien el resultado estaba 3 a 3, una jugada que necesitó del VAR para que el árbitro tomase una decisión, dejó con vida a Villarreal mientras el cuerpo técnico de Barcelona estalló de furia.
Se jugaba el tiempo de descuento en Montjuic cuando Ilkay Gündogan sacó una volea sin ángulo pero con destino al arco de Filip Jorgensen. En el afán de cubrirse de un fortísimo pelotazo, Santiago Comesaña saltó, giró para colocar la espalda y el esférico rebotó en el brazo.
José Luis Munuera Montero analizó la situación mediante el VAR y decidió no sancionar el penal en favor de Barcelona. Xavi, furioso, estalló ante las cámaras y dijo: «Es una vergüenza». El resto ha sido historia y Villarreal, en las últimas dos del partido, lo ganó en un 5 a 3 totalmente memorable.
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