El Furgón venía a toda marcha e incluso arrancó el año siendo líder de la Primera B Metropolitana. Sin embargo dos derrotas al hilo y un empate ante quien ahora es escolta dejaron sin punta al conjunto de Cristian Aldirico que, para colmo de males, tropezó con el Camionero por 2 a 1 en un cotejo marcado por el flojo arbitraje de Lucas Comesaña.
Barracas Central quiere recuperar terreno perdido y mezclarse entre los que podrían ingresar al Reducido. Y si bien los fallos arbitrales le jugaron a su favor, también hubo una realidad que fue el potencial de su equipo por encima de un UAI Urquiza que intenta ser prolijo en una Primera B Metropolitana donde, justamente, a veces hay que ser «Guapo» para cantar victoria.
En Luna y Olavarría había ganado el elenco de Villa Lynch por un penal sobre el epílogo. En el noroeste del provincia de Buenos Aires, la visita le propinó un poco de la misma medicina al elenco universitario ya que se puso en ventaja con un tiro desde los doce pasos que Matías Sproat transformó en gol cuando iban 5 minutos de la segunda mitad.
Tras un primer tiempo sin jugadas de riesgo, todo ocurrió en la complementaria. Ganaba Barracas Central por la mínima pero, el nueve de área de UAI Urquiza, se puso el equipo al hombro y consiguió empatar tras doblegar a Agustín Gómez que parecía hacerle la tarea difícil al atacante. A la contienda le quedaba media hora y el 1 a 1 parecía sentarle bien a ambos.
No obstante, el local empezó a desarmarse. Comesaña expulsó primero a Alejandro Noriega cuando recién había ingresado. Y sin timing alguno, echó también a Díaz para dejaron completamente desorientado al dueño de casa. Claro que previo a ello, el Camionero había logrado ponerse en ventaja nuevamente por intermedio del inoxidable Juan Martín que, saltó del banco de los relevos, para darle la potencia que los de Alejandro Nanía necesitaban.
UAI Urquiza, diezmado, con nueve hombre y muy enojado con Comesaña se fue del juego. Así transcurrieron los minutos para que Barracas Central se aferre a un triunfo por 2 a 1 que lo disfrutaron más los de arriba sacándose un perseguidor, que los de abajo que empezaron a preocuparse porque el conjunto porteño apuesta con todo a meterse entre los nueve mejores de la temporada.