Los Reds y los Revs ofrendaron un 0 a 0 que le sirvió a ambos en el cierre del grupo C. De esta manera, canadienses y estadounidenses se metieron en los octavos de final del petit torneo de la MLS complicando incluso el panorama para muchos terceros que podrán quedar eliminados del certamen de la elite estadounidense con cuatro unidades.
Tanto el Toronto como el New England Revolution sellaron un pacto de caballeros que acabó con una parda sin goles en la mañana de Disneylandia. Un tiempo para cada uno y pocas emociones en la Península de la Florida dibujaron un apático encuentro le sentó a la perfección a ambos.
Los Reds mostraron sus garras en el primer tiempo y casi durante el primer cuarto de hora. El Pozuelo abrió mucho el pie y la mandó a Epcot Center cuando podía colgarla de un ángulo. Más tarde el español tuvo otra oportunidad que quiso definir de emboquillada pero la pelota cayó en el techo del arco defendido por Matt Turner. Y, por último, uno de los goleadores de la MLS, Ayomide Akinola se embarulló en un mano a mano para regalarle una masita al guardameta de los Revs.
New England fue quien tomó la iniciativa en la complementaria cambiando por completo la tónica del evento. Tajon Buchanan en una posición inmejorable le entró mordido y le erró a la cueva de Toronto. A los 8 minutos de la segunda mitad, el uruguayo Diego Fagúndez sacó un lindo remate que se desvió en Chris Mavinga y casi se le mete por atrás a Alexander Bono.
Pasada la media hora, se dio un ida y vuelta interesante que parecía abrir el pleito. Brandon Bye le dijo chau a su marca por derecha, desbordó y tocó al corazón del área chica donde Adam Buksa punteó el esférico pero halló la magistral respuesta del arquero de los Reds. Así como se salvaban los canadienses, también lo hicieron los estadounidenses puesto a que en la contra, el guardameta de los Revs le tapó un mano a mano muy bueno a Akinola. Eso sí, luego no volvieron a intimar ofensivamente y se conformaron con el pobre resultado que los metía a ambos en octavos de final.
La derrota de alguno de los dos hubiese peligrado la clasificación a la ronda de dieciséis para quienes perdían. Lo mejor era empatar y no poner en peligro a nadie sabiendo que aún resta mucho por jugarse en la MLS. Toronto y New England dibujaron un 0 a 0 que complicó, a priori, a más de uno que aspiraba a ser tercero con cuatro puntos para saltar a la siguiente fase en Disneylandia.