Quienes suelen defender a Lionel Messi, acaban con la misma sensación de que les resulta imposible marcarlo, detenerlo o incluso seguirle el ritmo. Una de la tantas víctimas del astro argentino fue Toby Alderweireld, y hasta en tres oportunidades. Todas, con el mismo final: Leo nunca presenció una derrota cuando se enfrentaron.
La primera vez que se cruzaron fue en el Mundial del 2014, por los cuartos de final entre Argentina y Bélgica. En aquel partido, Messi presionó en mitad de cancha para recuperar un balón y, después de sacarse de encima a De Bruyne y Witsel girando sobre su propio eje, terminó participando del único gol del encuentro por Gonzalo Higuaín, clasificando a la Albiceleste a una semifinal del mundo por primera vez en 24 años.
Si bien quienes más lo padecieron aquella tarde en el Mané Garrincha fueron Witsel y Fellaini, Alderweireld fue testigo desde la banda -aquel partido Marc Wilmots lo puso de lateral derecho- de lo que tiempo después le tocaría enfrentar con la camiseta del Tottenham. Precisamente cuatro años más tarde, en la edición 2018/19 de la Champions League, el equipo inglés compartió grupo con el Barcelona de Messi.
El primer partido de fase de grupos, en Wembley, es el que más pesadillas le trae al central belga a día de hoy: “Una noche en Wembley me volvió loco. Me di cuenta que no podía hacer nada contra él. Solo esperar a que el tiempo pase lo más rápido posible”. Alderweireld reconoció en su podcast que suele leer las jugadas en el campo y muchas veces consigue su objetivo de neutralizar al rival, pero a Messi “no puedes controlarlo”.
Y como para no traerle malos recuerdos. Aquella noche en la capital inglesa, el por aquel entonces jugador del Barcelona hizo lo que quiso ante el Tottenham: marcó dos goles y entregó 55 pases acertados, promediando una efectividad del 84.6% en la goleada del conjunto catalán por 4-2. El primer duelo a nivel clubes se lo había llevado Leo, y el segundo, también por fase de grupos, se iba a quedar en la parcialidad.
Más de dos meses después, el Barça ya había asegurado su clasificación a octavos de final, por lo que Messi arrancó desde el banco. Por su parte, el Tottenham se estaba jugando su pase a la próxima instancia y Mauricio Pochettino puso lo mejor que tenía en cancha. Sin el argentino presente hasta el minuto 63, el cuadro londinense se adueñó del partido y logró rescatar un punto (1-1) del Camp Nou que le valió para seguir en la competición.
Hoy en el Royal Antwerp de su Bélgica natal, a Alderweireld no le quedan más que palabras de elogio hacia el siete veces ganador del Balón de Oro: “Todo lo que hace, lo hace un poco más rápido. El tema es ese, no sabes lo que hará. Eso es lo que lo hace especial, no puedes entrenar para eso”. El defensor confesó haber intentado “hacer ejercicio físico” para frenarlo, ya que Messi “parece un tipo delgado”, pero no había caso. “No es delgado en absoluto, si miras sus muslos, crees… ‘guau’. Es muy rápido. La calidad, el control de la pelota, no es normal”, comentó.
Alderweireld se atrevió incluso a elegir entre Messi y Cristiano Ronaldo. Habiendo tenido que defender a ambos a lo largo de su carrera, el belga de 33 años se quedó con el jugador del PSG y explicó su decisión: “Jugué contra Ronaldo muchas veces. Por supuesto, sus números no mienten, pero Messi es el mejor, porque es simplemente elusivo. No puedes agarrarlo”.