No podía ser. Incluso no puede ni tampoco podrá. Desde lo matemático, hasta en lo humano. Explicar lo que se vivió ese 3 de diciembre de 2015 en el predio de Ezeiza será eternamente inexplicable. Y así quedó para el recuerdo el empate 38 a 38 entre 75 votantes para presidente de AFA.
La muerte de Julio Grondona a mediados de 2014 abría una serie de interrogantes sobre el futuro del fútbol argentino y su conducción. Finalmente los comicios se celebraron poco más de un año después de ese suceso y la acontecido escribió una de las páginas más bochornosas.

Eran dos candidatos a presidente. Por un lado estaba Luis Segura, mandamás de Argentinos Juniors. En el costado opuesto aparecía Marcelo Tinelli, famoso empresario de los medios y dirigente de San Lorenzo. Solamente había 75 personas habilitadas para votar y aún así, con número impar, empataron 38 a 38 con 76 sufragios en la urna.
La previa ya levantaba mucha polvareda en Ezeiza
Los dirigentes podían señalarse con los dedos. Algunos habían expuesto a viva voz para quién sería su voto. Otros, más escépticos, podían darlo a entender con el grupo que tenían mayor afinidad o el interés de lo que pregonaba cada uno.

Segura era la continuidad de un modelo. Tinelli exponía la creación de una Superliga. El ascenso y los clubes del interior también pisaban fuerte en los comicios que se realizaron durante la tarde un jueves gris que terminó siendo negro.
Recuento de votos y un empate 38 a 38 que nadie pudo explicar
Lo que iba a comenzar a las 19:00 terminó cerca de la medianoche y sin resolución. Había 75 votos posibles pero en las urnas aparecieron 76 boletas que, a su vez, dieron un empate. Ni siquiera se trataba de una diferencia abrumadora donde un papel de más, posiblemente, no hubiese cambiado en nada la votación.

Tinelli exigía que se vuelva a votar. Segura arremetía que ya algunos dirigentes habían abandonado el recinto porque tenían otras actividades. El desconcierto reinaba y nadie sabía cómo resolver un asunto que, con el correr de los años, tampoco logró mucha claridad.
La noticia recorrió el mundo. La vergonzosa noche de ese 3 de diciembre ya cumplió 8 años y quedará para siempre en el recuerdo de las páginas más insólitas e inexplicables que vivió el fútbol argentino en su totalidad.
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