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Se cumplen 19 años del oro olímpico de Argentina en Atenas

Laura Grecco agosto 28, 2023


Un día como hoy, pero de 2004, la Selección Argentina de básquet derrotó por 84-69 a Italia en la final los Juegos Olímpicos de Atenas para colgarse del cuello una medalla que terminaría representando uno de los momentos más importantes en la historia del deporte nacional.

Después de conseguir la hazaña ante Estados Unidos en semifinales de los Juegos Olímpicos de 2004, a Argentina todavía le quedaba una parte del camino por recorrer. “Cuando volteas al más grande, el que viene no va a ser más grande, y te sentís con la confianza de que le podés ganar”, reconoció Rubén Wolkowyski en su momento. Y el pívot estaba en lo cierto: le habían ganado al “Dream Team”, aunque con las versiones jóvenes de LeBron James, Carmelo Anthony y Dwyane Wade, mientras que Tim Duncan y Allen Iverson eran los que lideraron aquella camada en Atenas.

Sin embargo, si la albiceleste quería conquistar el oro, debía derrotar a Italia, elenco que venía de bajar al otro gran candidato de las olimpiadas: Lituania.

Magnano mandó de arranque a Sánchez, Ginóbili, Nocioni, Scola y Wolkowyski. Sin Fabricio Oberto por una lesión el quinto metatarsiano de la mano derecha durante las semifinales, Argentina golpeó primero, mientras que Italia recién logró abrir su marcador transcurridos tres minutos de juego. Incluso años más tarde, para el libro “Dorados y Eternos”, Alejandro Montecchia reconoció que se sentían tan superiores que tenían “que entrar a pisarles la cabeza”.

La confianza estaba, “pero se complicó y no fue fácil” según el base. La selección se quedó con el primer cuarto 23-16, y en el segundo, la historia se mantuvo hasta que a Manu Ginóbili le tocó ir al banco y los tanos aprovecharon para recortar distancias. De esta forma, Argentina se fue a los vestuarios ganando por la mínima (43-41). En el regreso y con un susto de dolor por parte del ex jugador de los San Antonio Spurs de por medio, los europeos pasaron al frente.

Pero poco le duró la ventaja a los tanos, ya que Ginóbili se encendió e hizo jugar a sus compañeros, siendo Montecchia uno de los más beneficiado. “Jugué el mejor partido de mi carrera en la Selección, sin dudas”, aseguró después de registrar 17 puntos con tres triples incluidos. De a poco, la distancia se fue ampliando y las tribunas del Olympic Indoor Hall se tiñeron de celeste y blanco. Luis Scola fue quien decoró el 84-69 final para la euforia y agonía de un país entero: Argentina era campeón olímpico por primera vez en su historia.


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