El conjunto comandado por el Kily González clasificó a octavos de final de la Copa Sudamericana y apunta sus cañones a la competencia continental. ¿El objetivo? Mantener la estructura titular.
Luego del excelente paso de Eduardo Coudet por Rosario Central pasaron muchos DTs que intentaron estar a la altura. Seis entrenadores se pusieron el saco Canalla: pocos tuvieron un buen paso, como Edgardo Bauza, otros vivieron buenos momentos y algunos fracasaron. Todo desembocó en un club merodeando el descenso y en crisis. Hasta que, el 23 de junio del 2020, la dirigencia decidió subir de la Reserva a Primera al Cristian González, el Kily, quien encaminó al equipo con los pibes como protagonistas.
En este año, el Kily armó un equipo mezclando la juventud que ya conocía por su paso como DT de la Reserva y la experiencia de algunos futbolistas claves, como Marco Ruben, Emiliano Vecchio y Jorge Braun, entre otros. Así, el Canalla logró llegar a instancias claves de la Copa Maradona, estuvo muy cerca de clasificar a cuartos de final en la Copa de la Liga y accedió a los octavos de la Copa Sudamericana, dejando atrás a San Lorenzo, 12 de Octubre de Paraguay y Huachipato de Chile. El rival será Deportivo Táchira de Venezuela.
En una polémica por donde hará de local el Canalla, finalmente se decidió que la ida será el 15/7 en San Cristóbal y la vuelta el 22/7 en el Gigante de Arroyito. En el medio, ambos equipos tendrán un mes para preparar la llave y armar los equipos. El objetivo del Kily en el mercado de pases es claro: no desarmar la base e incorporar para alimentar la competencia.
Nombres ya sonaron. Federico Carrizo, ex Central actualmente en Cerro Porteño, estuvo en carpeta, pero sus exigencias salariales eran altas. Por un momento, la Academia se sumó a la pelea por Cristian Vega, el volante de Central Córdoba, y ofertó por un préstamo, aunque el ofrecimiento no conformó a los dirigentes santiagueños. El Kily ya avisó que buscan “volantes externos y por adentro” y “algún delantero”.
Sin embargo, hoy por hoy, la posibilidad más firme es la de Franco Calderón, el zaguero de Unión de Santa Fe. Y esto se debe a la salida de Joaquín Laso a Independiente. Luego de un año y medio en Rosario, el marcador central de 30 años rescindió su vínculo y se convirtió en uno de los primeros refuerzos del Rojo.
Otro que vive una situación complicada es Fabián Rinaudo. Fito sufrió la ruptura parcial aguda del tendón rotuliano en febrero y fue intervenido quirúrgicamente, lo que lo apartó de las canchas todo este tiempo y lo hará hasta agosto. Su contrato vence el 30/6 y su continuidad está en duda, aunque todo indica que el ex Gimnasia renovará por seis meses más como mínimo.
¿Otras posibles salidas? Hasta ahora sólo sondeos por algunos de los chicos que se destacaron con el Kily, como Lautaro Blanco, Alan Marinelli y Luca Martínez Dupuy, quien sufrió una lesión muscular en uno de sus gemelos. Además, el volante Rodrigo Villalba buscaría más continuidad, algo que no consiguió en Central el último tiempo. Lo mismo para los juveniles Francesco Lo Celso, hermano de Giovanni, Ignacio Russo, hijo de Miguel, y Rafael Sangiovani, quienes podrían salir a préstamo. Además, el delantero Patricio Cucchi que llegó a préstamo hasta diciembre proveniente de Atlético Nacional de Colombia podría finalizar antes su vínculo por la falta de minutos (5 de 19 partidos).
A la espera de un ingreso económico por una posible venta de Franco Cervi al Celta de Vigo (Central tiene el 10% del pase y 3% por mecanismo de solidaridad y derechos de formación), Rosario Central, de la mano del Kily González, sueña con volver a pisar fuerte en el plano internacional luego de varios años. Primera parada: Venezuela.