En la vuelta del Loco Palermo, el Xeneize mostró buen oficio para tener juego y recuperar la forma que lo llevó a ser campeón. Goles de Figal, Merentiel y Briasco para el local mientras que Servetto anotó para el Marrón.
En la Bombonera se dio una tarde/noche con varios condimentos de su época dorada de Carlos Bianchi. Riquelme en el palco, Ibarra sentado en el banco y en el de enfrente nada mas ni nada menos que Martín Palermo. La gente lo recibió con una ovación tremenda.
Cuando la pelota comenzó a rodar todo quedó atrás y el Xeneize, tras una dura caída ante Talleres, buscaba la recuperación y parecía comenzar bien con ese corner de Óscar Romero y el buen testazo de Figal para poner la apertura del marcador en favor del local. Los cambios obligados modificaron el dibujo. 4-3-1-2 con Pol, Varela y Equi Fernández.
La visita, más alla del golpe, no acusó recibo y aprovechó uno de los varios yerros defensivos para empatar vía Nicolás Servetto tras mal rechazo de Valdez. El punta le había marcado al Rojo ya en la segunda fecha. Osciló entre el 4-4-2 y el 4-2-3-1 la idea del Loco ya que Taborda se cerraba o era un segunda punta del ex Almagro. Se filtró y desviado tuvo su remate en un Boca conmovido defensivamente. Un pase atrás malo liberó a Langoni (de las pocas que dispuso terreno para galopar) que fue mano a mano ante Arce que contuvo pero el rebote le quedó a Miguel Merentiel para destapar otra vez la cuestión en favor de Boca. El Marrón apretó y casi vuelve a encontrar la igualdad en una jugada a puro rebote.
El complemento trató de arrinconar la visita con mucha tenencia pero poca profundidad. Cacciabue y Rossi la tuvieron mucho pero ni Castro, Taborda o el Apache pudieron romper y se debió también a que Boca ajustó bien las piezas atras. No fue tan permeable por las puntas y fue solidario para correr mucho a un rival que no se daba por vencido. Maxi Zalazar entró para cambiar el aire en la visita pero sin suerte. Langoni salió fundido pero entró muy bien Briasco que se dio el gusto de meter un golazo para llevarle calma aunque la fiesta en la cancha estaba desatada hace rato.
Boca recuperó, sobre todo en el complemento, la forma. Equipo corto, con recursos para explotar las debilidades de su rival.