Se cumplió un cuarto siglo de una de las muertes más injustas, inexplicables y absurdas que pudo ofrecer el fútbol a nivel mundial. Un 8 de diciembre de 1998, en las inmediaciones del ya abandonado Vicente Calderón, un hincha (por llamarlo así) del Atlético Madrid apuñaló a Aitor Zabaleta, un Txuri-Urdin de ley.
Se jugaban los octavos de final de la Copa UEFA y Real Sociedad viajó hasta la capital española para su encuentro. En los buses que salieron desde San Sebastián viajaba la Peña Izar de Andoain con un grupo de fanáticos entre los que se encontraba Zabaleta y su novia.
El partido entre el Colchonero y los Txuri-Urdines fue considerado de alto riesgo, ambos ultras ya habían generado problemas en Anoeta y no se esperaba algo distinto en el Vicente Calderón. Una vez en la zona del estadio, los visitantes quisieron ir a beber algo a un bar donde sucedió lo inesperado.
Por esas paradojas del destino, el pub era el «Bar Alegre» y allí había un hombre de apellido Guerra. Ese mismo ultra del Colchonero apuñaló a Zabaleta en el corazón y recién en el año 2000 lo condenaron a 17 años de prisión por lo hecho.
A un cuarto de siglo de ese asesinato tan absurdo, nefasto, inexplicable, la Real Sociedad decidió homenajear a su hincha e incluirlo entre los convocados para el partido de esta tarde ante Villarreal. Así, con la número 25, apareció el siempre recordado Aitor Zabaleta.
Foto: @RealSociedad