Mi viejo pasó del «ya vamos a salir campeones» a decir «algún día se nos tiene que dar». Ese fue el Racing con el que crecimos muchos de los que nacieron de la década del sesenta en adelante. Épocas donde la Supercopa de 1988 lo eran todo. Momentos en los cuales la hinchada, nuestra gente, fiel como pocas, forjó un armazón inquebrantable para soportar cualquier tipo de adversidades incluyendo un pedido de quiebra. Eso fue el pasado. Hoy el presente ya es otro.
«Con el empate me conformo» era vox populi por las cercanías del Cilindro. A veces rascar una parda contra rivales de tu talla histórica como River, Boca, Independiente o San Lorenzo eran un resultado casi con sabor a victoria. Sin embargo, en otras ocasiones, esa igualdad era una súplica incluso midiéndose ante Deportivo Español o Mandiyú, claramente, sin desmerecer a esas entidades fenomenales que sabían como arrinconar los sueños de la Academia.
Durante décadas la pelota pegaba en el palo y salía. Hubo grandes equipos. Tan enormes como las decisiones de escritorio que los llevaron a hundirse en el olvido sin poder cortar esa sequía de años y años sin lograr un título a nivel local. El descenso, el alquiler del estadio, el prestar jugadores, la quiebra, el gerenciamiento, la promoción. Todo pareciera haber quedado en el cajón de los recuerdos de un tiempo a esta parte donde Racing volvió a sacarle brillo a su bronce para convertirse en uno de los grandísimos animadores del fútbol argentino.
El título del 2001 fue un bálsamo totalmente necesario para acabar con esa racha adversa de 35 años sin ganar un campeonato organizado por AFA. Sin embargo, la levantada llegó en 2014. El regreso de Diego Milito, aquél elenco de Diego Cocca, y la conquista del Torneo de Transición que le daban al sufrido pueblo vestido de celeste y blanco una nueva alegría.
Los números de los colegas del Método Racing hablaron por si sólos del 2015 en adelante. Desde ese año hasta el último triunfo, el histórico clásico ante Independiente con agónica victoria por 1 a 0, la Academia disputó 98 partidos en el Cilindro Mágico incluyendo torneo local, Copa Sudamericana y también Libertadores. La efectividad ha sido mayor al 72 porciento ganando 63 encuentros, empatando 25 y tan sólo tropezando en diez. ¡Épico!
Cambiaron los tiempos, volvieron las alegrías al recinto de Mozart y Pasaje Corbatta. Bicampeones en 2019. Quedándose con el derby el domingo pasado con dos hombres de menos durante todo un tiempo. Sabiendo que siempre estuvieron en las malas pero las buenas, aparentemente ya llegaron. «Hoy hay que ganar» dice mi viejo dejando en el pasado sus otras frases. Sin dudas, otra muestra más de este Racing Positivo que volvió a dar que hablar en los primeros planos del fútbol sudamericano.