La Academia derrotó al Fortín en Avellaneda y cerró, así, la primera parte del año a tiro de la punta. Con un contundente 3 a 1, los de Diego Cocca, estiraron su racha invicta a catorce partidos en el plano local. De esta manera se acercaron al único líder, San Lorenzo de Almagro, que no pudo doblegar a Belgrano de Córdoba y cedió puntos claves antes del receso.
Era una parada estratégica. La cercanía de la Copa América y, el parate durante un mes, situaba a Racing en la necesidad de seguir dulce para no perderle pisada al Ciclón. Por el lado de Vélez, el compromiso era distinto, ya que los de Miguel Ángel Russo precisaban justificar una supuesta levantada con otra victoria. No obstante la realidad se hizo presente en el Cilindro donde el dueño de casa reafirmó que está atravesando un momento brillante mientras que los de Liniers volvieron a sufrir por las falencias con las que viene luchando durante esta irregular temporada.
El comienzo del partido fue de ida y vuelta. En el arranque lo tuvo Mariano Pavone con una mediavuelta que terminó en tiro de esquina para la visita y, en la jugada siguiente, de un córner para el local casi llega la apertura del marcador con un cabezazo de Luciano Lollo que salvó magistralmente Alan Aguerre. Sin embargo cuando la Academia se asentó en el terreno de juego, comenzó a ser más que su rival. Rápidamente avisó con un fuerte remate cruzado de GUstavo Bou y luego llegó el primer penal de la tarde.
Hernán Pellerano, en un cruce, se llevó la pelota con la mano y Fernando Echenique no dudó en sancionar la pena máxima. Diego Milito se plantó frente al esférico y buscó repetir el grito desde el mismo lugar, y hacia el mismo arco donde le había marcado a Independiente la quincena pasada. Sin embargo el arquero velezano logró desviar la pelota con sus pies desconociendo que prontamente el colegiado iba a darle una nueva oportunidad a Racing.
Pasada la media hora inicial llegó una nueva infracción dentro del área. Emiliano Amor enganchó a Bou que, a pura potencia, se internaba dentro de la zona de peligro. Echenique no dudó y volvió a marcar un penal favorable a los de Cocca. Para este disparo desde los doce pasos, el dueño de casa cambió de ejecutante. Y justamente fue a quien le cometieron la falta, el goleador de la Academia, quien se encargó de pegarle a la pelota, fuerte y abajo, para abrir la cuenta en Avellaneda.
Con el 1 a 0, Vélez volvió a generar riesgo sobre la valla de Sebastián Saja. El juez obvió un penal para la visita tal como lo había hecho para el local tras aquél cabezazo de Lollo. Sobre el final de la etapa inicial, Fausto Grillo estuvo cerca de igualar pero su intento se fue apenas alto.
Para afrontar la complementaria, los dirigidos por Cocca se mostraron más aguerridos. Desde el arranque salieron a liquidar la historia. Bou, con un fortísimo remate desde 25 metros y con un mano a mano que salvó Aguerre, estuvo cerca de lograrlo. No obstante a los 11 minutos llegó un tiro de esquina, desde el sector derecho, que cabeceó Washington Camacho en el primer palo para estampar el 2 a 0 parcial.
Con esa diferencia lograda, Racing se relajó y dominó las acciones a su merced. Vélez, carente de ideas, se complicó solo cuando Matías Pérez Acuña dejó al equipo con diez hombres por una infracción antideportiva. De todos modos, la escuadra de Liners, se las ingenió para poner suspenso a la tardenoche bonaerense.
A diez del final Grillo, de cabeza, descontó y sembró la duda en el Cilindro. Pero la Academia reaccionó, aprovechó la diferencia numérica, y ahogó a su rival en la salida. De esta forma consiguió el tanto de la tranquilidad, en los pies de Milito, para sellar el 3 a 1 final.
Hubo tiempo para que Grillo viese la tarjeta roja y Vélez cierre la mitad de la temporada con más dudas que certezas. Racing, en cambio, se fue al receso disfrutando de su presente cuasi empalagoso. Recuperó una identidad tan grande como el respeto a su historia y, encima, quedó a dos puntos de la cima para tener dulces sueños durante este mes de parate.