Expectativa. En Buenos Aires y en Lima. En Chiclayo y en Mendoza. En Huancayo y en Tierra del Fuego. Así se viven las horas previas a un partido trascendental entre la Albiceleste y el seleccionado inca de cara a lo que será la clasificación directa al mundial de Rusia 2018.
Se trata de fútbol, claramente. «Cuando termina tiene que haber un ganador y un abrazo porque esto no es una guerra, somos hermanos» dicen algunos colegas peruanos que llegaron con bastante tiempo de anticipación al país para palpitar lo que será el cotejo del jueves por la noche entre Argentina y Perú.
Con un gran crecimiento en este último tiempo, los periodistas se atrevieron a hablar del combinado visitante y su transformación: «Ricardo Gareca se sacudió de la presión de convocar a las estrellas y encima hacerlos jugar. Ahora es el equipo de Ricardo Gareca donde todos son overoles o todos son estrellas. Nadie es más y nadie es menos, como en Argentina por ejemplo, donde llega Messi y está por encima de todos»
Los incas están a un paso de Rusia 2018 y lo tienen bien en claro: «Faltando dos fechas lo podemos lograr, como un 30 de agosto de 1969, en la Bombonera». Y la ilusión va más allá del resultado sino que la apuesta está en cómo juega el equipo: «si este grupo, que no es el mismo que empezó las eliminatorias, hubiese estado antes, estaríamos en el segundo o tercer puesto con tranquilidad» dispararon los analistas del conjunto de Gareca.
Expectativa. En Córdoba y en Tacna. En Salta y en Puira. En Misiones y en Cuzco. Las horas pasan volando y tanto Argentina como Perú quieren saber quién despegará rumbo a la Copa del Mundo. Pero claramente, será solo un partido de fútbol y para nada la guerra. Mucho menos con quienes siempre estuvieron de nuestro lado en el último conflicto bélico que nos tocó afrontar contra los más poderosos del mundo.
