La Roma había puesto sus ojos en él cuando aún no había debutado en la Academia. De hecho a fines del año pasado Fernando Valenzuela estuvo a punto de emigrar a Italia sin lugar en Avellaneda y siendo una de las grandísimas promesas de la cantera. No obstante el juvenil optó por quedarse en el país y, en el receso de invierno, fue el Torito de Mataderos quien dio la nota y se llevó al jugador a préstamo por un año.
Valenzuela quiso pelear por un puesto en Racing pero, la superpoblación de delanteros, lo relegó siempre ante profesionales consagrados. Opacado, llegó la inteligente oferta de Nueva Chicago que lo tentó a cambio de minutos en cancha y ritmo futbolístico. Finalmente la «Joyita» acordó su arribo al plantel de Damián Timpani y se convirtió en el cuarto refuerzo.
El Torito ya había sumado al ex Acassuso, Facundo Pumpido. También el lateral Marcelo Cardozo, de pasado en Juventud Unida de San Luis, y Marcos Aguirre, habían firmado en Mataderos. Pero el hombre que buscaban tardaba en definirse hasta que, de la noche a la mañana, se llegó a un acuerdo y Valenzuela posó con la camiseta verdinegra.
Quien deberá volver al club es Claudio Guerra. El ex hombre de Defensores de Belgrano tenía todo listo para irse a Independiente Rivadavia pero en la región cuyana no pasó la revisión médica. Por lo pronto el futuro del delantero es incierto pero se sabe que tiene ofertas de otras entidades como por ejemplo de Chacarita Juniors.
Nueva Chicago sigue armándose de cara al torneo que viene. El sábado, con entrada libre a cambio de un juguete, jugará un amistoso frente a Temperley en el Alfredo Beranger. Y si bien es temprano para ver a Valenzuela en su mayor esplendor, es posible que de a poco la «Joyita» empiece a brillar en el club porteño.
