El paso de Chicago en la máxima categoría está siendo sin pena ni gloria: no gana, no gusta y menos golea (hace má de 600 minutos que no convierte ningún gol). El «Yagui» Forestello es el tercer director técnico que se pone al mando de un plantel que se acostumbró a perder.
Errores dirigenciales que se vuelven a repetir (el fatídico paso por la B Nacional en la temporada 2012/2013 fue la otra falencia) al momento de hacer contrataciones; no solo no mantuvieron la base del equipo que ascendió sino que conformaron un plantel de peor calidad que el que tenía Pablo Guede en la Primera B Metropolitana.
Pero, al fin y al cabo, los jugadores son los que se ponen la camiseta y salen a la cancha; la falta de amor propio en muchos de ellos está a la luz del día.
Quizás el receso por la Copa América sirva para algo, honestamente seía como estirar la agonía de un plantel que sabe que sólo un milagro los puede mantener en Primera. Quedará a conciencia de Cuerpo Técnico y Dirigencia de tomar una decisión imporantísima de cara al segundo semestre: o jugarsela a todo por el todo, o prepararse para lo que viene. Nueva Chicago parece un equipo con destino de Nacional B.