La Lepra se llevaba tres puntos en el debut de la temporada para Mendoza, tierra del buen fútbol y del mejor vino. Sin embargo le quedó corto el 1 a 0 por todas las ventajas que le daba el fondo de un Verdinegro que lució de blanco. Y en un zapatazo de otro planeta el Torito le arrebató dos puntos para que los de José Santos Romero tuviesen que tomar la vid de un golpe para olvidar rápidamente este empate con sabor amargo.
En primer lugar, ¡salud!. Un brindis por la vuelta del Nacional B que se demoraba en comenzar por lo extenso que fue el torneo pasado. Así volvió la segunda categoría del fútbol argentino y, en la soleda tarde de Mataderos, Nueva Chicago repartió unidades con un Independiente Rivadavia que pudo ganarlo cómodamente y terminó pagando carísimo su dejadez durante la complementaria.
Los mendocinos aprovecharon la infinidad de horrores del fondo local durante toda la complementaria. Filtrar una pelota entre líneas para la Lepra era tan simple como proponérselo. Así hasta los laterales se atrevían a lastimar al dueño de casa que pasaba sobresaltos tanto por izquierda por derecha. De hecho la única situación clara que tuvieron los de Facundo Argüello fue un disparo de Leandro Teijo de media distancia que se fue cerca del poste izquierdo del arco defendido por Cristian Aracena. El resto pasaba en el área de Alan Minaglia.
José Méndez en un par de oportunidades y Julián Navas en otro tanto, estuvieron cerca de darle la ventaja a Independiente Rivadavia. Finalmente fue este primero quien, a los 43 del primer tiempo aprovechó la enésima siesta del fondo de Nueva Chicago y no perdonó en el mano a mano para poner el 1 a 0 con el que los dirigidos por «Pepe» Romero se fueron al descanso.
Y tal vez uno de los grandes errores del entrenador estuvo en la complementaria cuando Méndez seguía desequilibrando por su flanco, pero el DT decidió reemplazarlo. El ex Atlético Tucumán salió enfurencido y su ira le dio la razón. La Lepra perdió la pelota, y encima el Torito comenzó a robarle algo de protagonismo con el acertado ingreso de Facundo Mater. Pero el dueño de casa no lastimaba prácticamente a no ser por un cabezazo de Gabriel Ávalos. Hasta que a los 25 minutos, Federico Fattori sacó un bombazo que terminó clavándose apenas por debajo del travesaño para marcar el 1 a 1.
Nueva Chicago pasó de sufrir en cada avance de su rival a tomar coraje y hacerle frente a un Independiente Rivadavia que dilapidó alguna que otra contra. Finalmente empataron 1 a 1 en un partido donde los mendocinos brindaban por el buen fútbol y terminaron bebiendo de su propio vino, con un fondo blanco, para ahogar las penas de un triunfo que se les escapó de las manos.