Se acabó el cuento de hadas de los Bengals; la cenicienta de esta nueva edición no pudo con un equipo más formado y que obtuvo piezas clave para esta temporada para poder llegar a estas instancias finales. No ha sido una final apasionante, en lo absoluto; fue más bien algo deslucido en comparación con lo que nos han brindado en las semifinales y finales de conferencia (inclusive estas mismas franquicias han sido parte de esos encuentros).
El inicio fue bastante parejo, sin sacarse muchas diferencias entre ambos equipos, aunque la defensa de Los Angeles estaba empezando a convertirse en parte importante del encuentro: tuvo un total de 8 capturas de mariscal en todo el mismo, algo que pocas veces se ha visto en una final (lo que marca cuan duro fué para Joe Burrows poder meterse en el encuentro y tratar de generar anotaciones). 13 a 10 a favor de los locales al finalizar la primera mitad.
Cincinnati sabía que ahora empezaba el tercer cuarto abajo en el marcador, y al comienzo del mismo, una controversial jugada (debió haberse sancionado una falta a favor de los Rams) le permitió una anotación de mas de 70 yardas para pasar arriba en el marcador. Mat Stafford con el balón en sus manos, es interceptado en un intento de pase en la jugada siguiente, que es cambiado por un gol de campo para sacar una diferencia de 7 puntos en el marcador. A partir de este instante, sólo hubo un equipo en el campo de juego y ese fue el de Los Angeles, más que nada la línea defensiva que hizo su papel a la perfección evitando el juego del mariscal de campo visitante, sobrepasando a su línea de cobertura y llegando a capturarlo en contadas ocasiones: fue tanto el embiste defensivo que los Bengals no volvieron a anotar en todo el encuentro.
Los Rams consiguieron un gol de campo y un touchddown a con menos de dos minutos en el reloj en el último período para sacar 3 tantos de diferencia; la visita fue por la heroica (algo que hemos visto en partidos anteriores), pero no pudo conseguirlo y se quedó con las manos vacías.