Se cumplen 26 años del histórico 17 de junio, donde el deporte vivió uno de sus días más emblemáticos en Estados Unidos. Muchos acontecimientos que dejaron de importar gracias a la ex estrella de fútbol americano, acusado de doble homicidio.
Un día como hoy en 1994, Houston Rockets se enfrentaba a New York Knicks en el quinto partido de las Finales, buscando su primer campeonato liderados por Hakeem Olajuwon. Era la primera temporada sin Michael Jordan, y surgieron nuevos candidatos al título, a pesar de la buena campaña de Chicago Bulls con Scottie Pippen a la cabeza. La serie estaba empatada 2-2 y llegaba el encuentro en el Madison Square Garden.
En medio de la transmisión del canal NBC, el noticiario interrumpía y se escuchaba el nombre del legendario O. J. Simpson, figura de la NFL, relacionándolo con un caso de homicidio. De repente, la pantalla se dividió en dos. De un lado teníamos la batalla entre Olajuwon y Patrick Ewing, y por el otro, imágenes de una persecución entre la policía y una camioneta blanca en la que se encontraba Simpson. En ese momento, la tan vibrante final pasó a un segundo plano, o a un tercero, sin importancia, al menos para los medios. Veinte móviles de la policía y varios helicópteros se unieron a la persecución que no se detuvo hasta 90 minutos y 80 kilómetros después. Fue un evento que reunió a 95 millones de espectadores a nivel nacional.
Lo que había sucedido fue que cinco días antes de esta memorable situación, los cuerpos de su ex esposa Nicole Brown Simpson y del camarero Ronald Lyle Goldman, fueron encontrados sin vida. La justicia apuntó a O. J. como el principal sospechoso y envió una notificación para que se acerque a la comisaría antes de un tiempo límite, pero no lo hizo. Intentó escapar, pero finalmente se entregó a las autoridades y comenzaría el juicio más publicitado de la historia estadounidense, televisado durante 134 días.
A pesar de haber encontrado su ADN en la escena del crimen, en prendas de vestir como medias, zapatos, un guante de mano izquierda empapado en sangre, otro de la mano derecha, y diversas pruebas, el 3 de octubre de 1995 fue declarado inocente. Años después se encontró una navaja, y se volvió a abrir la investigación, pero no llegó a ningún lado. Finalmente, el ganador del Trofeo Heisman 1968 fue absuelto por esto, pero en 2007 lo condenaron a 33 años de prisión por robo a mano armada y secuestro, aunque sólo cumplió diez años, ya que fue liberado en 2017.
Al final de todo, los Knicks ganaron ese día 91-84, aunque los campeones terminaron siendo los Rockets tras ganar los dos partidos siguientes. Fue una serie memorable en cuanto a lo deportivo, pero la huella que dejó O. J. Simpson ese 17 de junio, fue lo más recordado en un día que también coincidió con la inauguración del Mundial de Fútbol 1994, último US Open del golfista Arnold Palmer, el desfile de los Rangers campeones de béisbol y el 30° home run de Ken Griffey Jr., igualando a Babe Ruth. Acontecimientos que fueron bien representados en el documental 30 for 30 de ESPN: «June 17th, 1994».