Seguimos perdiendo por goleada y los responsables de la seguridad en los estadios deportivos siguen sin resolver los problemas que aquejan a nuestro deporte. La suspensión de Los Andes 2 vs Guillermo Brown de Puerto Madryn en Lomas de Zamora 1 dejó una herida más en la sana competencia. Un descenso debía dirimirse en la tarde de un domingo futbolero pero los violentos y revoltosos hinchas del milrayitas pararon la acción en un duelo con la policía que llevó al parate del encuentro a seis minutos para finalizar el partido. La derrota de la Banda lo dejaba sin chances de mantener la categoría, sumado a la victoria de Gimnasia de Mendoza -su competidor directo- ante Villa Dálmine (1-0) pero un empate del equipo del Sur del país obligaba a un desempate entre ambos equipos. El árbitro Nicolás Lamolina no tenía garantías del comisario de la zona y no le quedó otra que suspender el cotejo.
Ahora tanto Gimnasia como Guillermo Brown deberán esperar hasta el martes a las 15 horas para culminar los pocos minutos (9: 6 + 3 de descuento) que lo separaban de los noventa reglamentarios. Que seguimos jugando, que esperamos a que se vayan los hinchas, que se le dan los puntos al visitante, que decretamos un descenso con un tiempito por jugar. Tantas especulaciones, tantos rumores y ninguna desmentida. En un momento parecía que con la desconcentración del estadio podía continuar aunque parece que esa intención no estuvo nunca. ¿Y ahora quién evita las suspicacias? ¿Quién le impide al lobo mendocino pensar la presencia de un gol del equipo Puerto Madryn que estiraría todo a un desempate? Queda poco tiempo pero no nos olvidemos que en el fútbol las cosas impensadas ocurren cuando menos las esperamos.
En nueve minutos se definirá un descenso. Sí, el trabajo de un año culmina en dos tiempos de cuatro y cinco minutos. Gimnasia de Mendoza tendrá que esperar sentado para saber si se queda o no en el Nacional B y Guillermo Brown permanecerá en Buenos Aires e intentará salvar la categoría en 540 segundos. Pero cuidado: esto no lo soluciona ni Luis Segura ni Marcelo Tinelli, el problema es de raiz. Nadie tiene que sacar tajada de esto, sólo los clubes se deben ver beneficiados para competir como Dios manda, sin interrupciones, sin ataduras y en tiempo real. No hay dudas de que sólo en nuestro fútbol ocurren lo insólito de pelear un descenso en nueve minutos. Un papelón.