Los Mastines daban la nota en el Giuseppe Meazza, le quitaban el invicto al puntero, y parecían tener abrochado un triunfo que, con el correr de los minutos, empezó a peligrar hasta que, el interminable, Zlatan Ibrahimovic puso el definitivo 2 a 2 en tiempo de descuento e, incluso, después de haber fallado un tiro desde los doce pasos.
Incansable el delantero sueco. Milan, con el regreso de un hombre que brilló en Francia, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos, recuperó esa mística de ser protagonista en la Serie A. Y, cuando todo parecía perdido, su experiencia lo llevó a arrebatarle del buche dos puntos claves al Hellas Verona que no podía comprender cómo se le escapaba la victoria.
A los 20 minutos del capítulo inicial, la visita ya ganaba por dos a cero gracias a los tantos del checo, Antonin Barak y el tanto en contra de Davide Calabria. Sin embargo, la rápida devolución de gentilezas por parte de Giangiácomo Magnani dejaba a los hombres de Stéfano Pioli con vida para dar pelea durante más de una hora de reloj para conseguir, como mínimo, la parda.
El Rossoneri fue una aplanadora en la complementaria. El VAR le anuló el empate a Calabria. Ibrahimovic pudo emparejar de penal pero lo mandó a los Alpes como mínimo. Hasta que el sueco se encargó de remendar su error, a los 48, o mejor dicho a sus incansables treinta y nueve. El lungo castigó contra Marco Silvestri que, salvó en primera instancia, pero luego no pudo hacer nada con un cabezazo perfecto para poner cifras definitivas en el Giuseppe Meazza.
Hellas Verona arrancó hecho fuego y se fue apagando ante un líder del campeonato que no pudo sacar una distancia deseada pero al menos conservó el invicto. El 2 a 2, producto del enorme Zlatan que no se dio por vencido, dejó en claro que Milan recuperó una mística que había perdido hace tiempo. Y todo, gracias al regreso del nórdico.