El 5 de mayo de 1984 Diego Armando Maradona jugó su último partido con la camiseta del Barcelona. Aquella Final de Copa del Rey será siempre recordada como “La Batalla del Bernabeú”, un desenlace escandaloso que en retrospectiva marcó de forma determinante la historia del Pelusa como futbolista.
La temporada 1983-1984 fue muy complicada para el Diego, a tono con todo su ciclo en el Fútbol Club Barcelona. Maradona había llegado a España en 1982, tras disputar su primera Copa del Mundo y ser figura excluyente del Fútbol Argentino.
Pelusa debutó con la casaca Blaugrana a sus 21 años, para entonces ya había sido Campeón del Mundo Sub-20, Campeón con Boca y cinco veces goleador de nuestro fútbol con Argentinos Juniors.
Durante sus primeros pasos en Europa sufrió hepatitis, lo cual lo sacó de las canchas por casi cuatro meses. Durante el retorno consiguió dos títulos en cancha, bajo la conducción de César Luis Menotti ganó la Copa del Rey y la Copa de la Liga de España, ambas al Real Madrid dirigido por Alfredo Di Stéfano.
En septiembre de 1983 Andoni Goikoetxea, futbolista del Athletic Club, fracturó a Maradona con una tristemente célebre patada que obligó otra inactividad del Pibe de Oro, más compleja por tener una operación en el medio, pero con similares tiempos de ausencia.
Y aquí llegamos al principio, a esa temporada 83-84 donde Diego jugó muy pocos partidos tras la lesión. La vuelta a las canchas de DAM coincidió con el tramo final de una nueva Copa del Rey, y Barcelona logró llegar por segundo año consecutivo a la gran final.
Esa final, fatídica en su momento, maravillosa a distancia, fue justamente contra el Athletic Club de Bilbao, con Goikoetxea entre sus filas y el entrenador Javier Clemente, una suerte de némesis de César Luis Menotti, o al menos eso vendían los diarios de la época.
Esos mismos diarios calentaron la previa gracias a las escandalosas declaraciones de los protagonistas, incluyendo a Menotti, Clemente, Goikoetxea y, por supuesto, el Diego.
La final se jugó en el Estadio Santiago Bernabeú y con la presencia en el palco del rey Juan Carlos, quien había recibido a Maradona la semana posterior a que el 10 volviera al verde césped tras la lesión. Athletic ganó uno a cero con gol de Endika y se consagró Campeón.
Tras el pitazo final comenzó la batalla campal, con esa patada de Maradona contra Miguel Ángel Sola que también es una imagen de culto. Tremenda gresca, tanto que la Real Federación Española de Fútbol impuso sanciones, para el 10 tres meses sin poder jugar en competencias españolas.
Y fue el fin de su ciclo en Barcelona, pero el principio de todo lo que vendría. Esta sanción apuró la ya anunciada salida de Diego de España, vínculo desgastado por las complicaciones que le impidieron desarrollar su potencial deportivo (Así y todo dejó el club con 38 goles en 58 partidos) y la tensa relación con los directivos.
Su destino fue Nápoles, y el más maravilloso de los finales.