En la octava fecha de la MLS, tuvo lugar un encuentro digno del fútbol argentino, especialmente por el duelo de técnicos. Por el lado de los locales, Guillermo Barros Schelotto comandando a los galácticos de Los Ángeles. Por el otro, Matías «el pelado» Almeyda, al mando de los Quakes. ¡Y nada más ni nada menos que en un clásico!. Ésta vez, el derbi de California se lo quedó Guillermo, en un partido para el infarto.
¿Argentinos? de sobra. Además de los técnicos, los planteles están plagados de jugadores latinoamericanos. En el elenco oriundo de Los Ángeles, la gran figura es Cristian Pavón (con la número 10 en su espalda), pero además se encuentra acompañado por Emiliano Insúa. En San José, nos topamos con Cristian Espinoza, Andy Ríos, Daniel «Trapito» Vega en el arco, y Emil Cuello en el banco de los suplentes.
Los visitantes comenzaron poniéndose arriba en el marcador. El yankee Tommy Thompson, lateral derecho de 25 años, deslumbró a todos con una joyita sobre la banda. Un desborde a toda velocidad y un centro atrás impecable (denotando una calidad prometedora), que Valeri Qazaishvili capitalizó realizando un satisfactorio envío al fondo de la red. 11 minutos, y ya había emociones.
A los 33 y de pelota parada, llegó el empate. Lletget elevó un centro al corazón del área a través de un tiró libre. A lo que Daniel Steres respondió con su cabeza (en realidad, con la nuca), orientando a la número cinco hacia el lugar que quiso, poniendo una paridad justa para lo que era el desarrollo del encuentro.
El complemento volvía a mostrar a un San José superior en el arranque. Y que volvía a ser efectivo: a los 58, Cade Cowell clavó un gol de otro partido. Desde la puerta del área, encarando desde la izquierda hasta el centro, elevó un remate con una comba realmente poco común. El giro del esférico impresionó al propio Bingham, que se estiró todo lo que pudo, pero no logró desviar un balón que se estampó al lado de su palo izquierdo. Go-la-zo.
Pero Los Ángeles Galaxy insistía, y una vez más volvía a imponerse en el juego. Pavón se hizo eje, y luego de avisar en varias oportunidades mediante remates esquinados hacia la meta de Vega, consiguió el empate. El 2-2 llegó a los 72 minutos través de un penal (cedido por una mano infantilísima de Beason) excelentemente ejecutado por el número 10 del elenco dirigido por Barros Schelotto.
A partir de ese momento, el local se hizo cargo del partido. Diez minutos más tarde del empate, Efraín Álvarez ejecutó un córner preciso al segundo palo, y se encontró con una respuesta magnífica de Lletget, que (como pudo), hizo fuerza para orientar el balón hacia el arco rival. Con el cuerpo, forzó a la pelota a ingresar a la valla de un Daniel Vega que ofreció una resistencia pobre.
Fue final, 3-2, en el imponente Dignity Health Sports Park, donde Guillermo Barros Schelotto se quedó con un superclásico distinto a los demás que había disputado anteriormente frente a Matías Almeyda. En la tabla de posiciones quedaron ambos elencos igualados, a ocho puntos de un Sporting Kansas City que se encuentra puntero e imparable.