Cuatro argentinos conquistaron América defendiendo la pilcha de un equipo ecuatoriano hace exactamente una década. Uno era el entrenador, Edgardo Bauza, el otro un histórico del Albo como Norberto Araujo. Sin embargo los dos restantes fueron también piezas claves para alzarse con aquella Copa Libertadores y hoy están endulzando el ascenso argentino.
La noche de Río de Janeiro presentaba una final inolvidable. Liga Deportiva Universitaria derrotó por penales a Fluminense y le daba el primer título continental a Ecuador en lo futbolístico. Y entre los protagonistas de aquél partido aparecían dos ídolos del elenco quiteño: Damián Manso y Claudio Bieler. El «Piojo», con la número 21 en su espalda, y el «Taca» con la eterna 16 quedaron para siempre en la historia grande de un equipo que siguió haciendo historia.
De hecho tanto el ex Newell´s Old Boys como el ex Racing fueron parte de la inolvidable final del mundo en la cual el Manchester United derrotó solamente por 1 a 0 al Albo con un tanto de Wayne Rooney promediando el segundo tiempo. Y eso que el elenco inglés además contaba con Carlos Tévez, el holandés Edwin Van der Sar, Rio Ferdinand, Gary Neville, Patrice Evra, y un tal Cristiano Ronaldo entre sus finales.
Las imágenes de aquel encuentro con la potencia europea dejaron a un Bieler luchando una pelota con CR7 y a Manso ganando la bota de bronce en un podio compartido con el portugués y el ya mencionado Rooney. Dichas glorias de la Liga de Quito, diez años después, recalaron en el ascenso argentino donde continúan dando destellos de una magia inagotable.
El «Taca» logró el ascenso a Primera División con San Martín de Tucumán dejando en claro que sigue teniendo pólvora de sobra y anotando cuatro goles en los últimos cinco encuentros decisivos. El «Piojo», ganó la final de ida del torneo reducido de la Primera C defendiendo la camiseta de Justo José de Urquiza, y sueña con festejar el venidero sábado el salto a la tercera división del fútbol argentino. Y a una década de aquella épica gesta con la Liga de Quito pueden cantar: «si diez años después, te vuelvo a encontrar, en algún lugar, no te olvides que soy distinto de aquél pero casi igual».