Jota Jota estuvo de alquiler durante todo el año puesto a que, la comisión directiva, ordenó una serie de refacciones para su estadio. Sin imaginarlo pero deseándolo con fervor, lograron el ascenso a la B Metropolitana, pero los arreglos en el recinto demandaban de un tiempo mayor por lo cual todavía Loma Hermosa no pudo ver al Celeste disputando un encuentro de la tercera categoría.
El club de Caseros se puso manos a la obra con un cambio estratégico para el rectángulo de juego y, obligadamente, tuvo que migrar su localía a canchas como Almagro, UAI Urquiza, San Miguel, y también Sportivo Italiano. El resultado en Los Polvorines fue óptimo porque allí lograron hacerse fuertes, soportar embates de rivales más potentes, y encaminarse en el octogonal al objetivo que finalmente consiguieron.
Mientras tanto el Ramón Roque Martín ya va tomando color. La gran tribuna que oficiaba de popular y platea al mismo tiempo se transformó en una cabecera. Los arcos ya fueron colocados y los límites de la cancha también. En el lateral que ahora daría espalda al Camino del Buen Ayre quedaron algunas gradas mientras que, donde últimamente iba la delegación visitante, puede apreciarse un montículo de tierra.
Justo José de Urquiza arrancó el torneo pero todavía no pudo cantar victoria. Empató en el debut con Flandria en Jáuregui, luego igualó sin tantos con el Furgón, UAI Urquiza, en Villa Lynch, más tarde tropezó en el derby de Caseros con Estudiantes de Buenos Aires, y el fin de semana pasado no pudo con Barracas Central en el camino a Ezeiza. Su nueva prueba estará en Isla Maciel, el venidero domingo, cuando visite a San Telmo en busca de una alegría tan esperada como la vuelta a Loma Hermosa.