ITALIA: EL «TOTÓ» DE SALVATORE SCHILLACI

Le decían «Totó» pero no precisamente por el vulgarismo argentino que, aprovechando el visto bueno de la Real Academia Española, hace referencia al culo. Salvatore Schillaci tuvo mucho de esfuerzo, otro tanto de estar en el lugar indicado, en el momento exacto, y una cuota de fortuna frente a las redes para pasar de ignoto a figura en Italia 90.

Nació en Palermo, un primero de diciembre de 1964, y con menos de dieciocho años debutó en el Messina. En el club de Sicilia anduvo de menor a mayor hasta que en la temporada 1988/89, un año antes de la Copa del Mundo, se consagró como máximo goleador de la Serie B. Por decirlo de otra manera, el ´capocannoniere´ pero del fútbol de ascenso.

Semejante pergamino y con 25 años sobre sus espaldas, le abrió paso y firmó en la Juventus que venía perdiendo terreno ante el Milan compuesto por el potencial de Holanda, el Inter con los de Alemania, y el Nápoli del argentino Diego Maradona y el brasileño Careca. La Vecchia Signora apostaba por un atacante que aún no se había codeado con la elite europea. Trasladado a la República Argentina, como si River o Boca hubiesen contratado a Daniel Bazán Vera, Damián Akerman, o el añorado «Novillo», Claudio García.

Schillaci no debutó con la Selección Mayor de Italia hasta el 30 de marzo de 1990. Sí, poco más de dos meses antes del debut de la Azzurra frente a Austria en Roma, el entrenador del combinado nacional decidió hacerle caso a Ruud Gullit, por entonces estrella del Milan, quien en una charla distentita le sugirió que llevase a «Totó».

Los tanos venían flojos en ofensiva y Azeglio Vicini no le encontraba la vuelta. Ni Andrea Carnevale del Nápoli, ni Roberto Baggio de la Fiorentina estaban finos frente al arco. De los últimos seis amistosos previos a la Copa del Mundo, los locales anotaron solo dos goles: uno ante Argelia y el restante ante Suiza.

Justamente frente a los helvéticos, y por recomendación de Gullit, el DT de la Azzurra probó a Schillaci. Esa tarde en Basilea, el triunfo por 1 a 0 llegó gracias a un compañero de «Totó» en la Juventus. Luigi de Agostini, ingresado en la complementaria, batió a Martin Brunner. No había mucho tiempo más para buscar otro atacante y, las palabras del melenudo de Holanda, surtieron efecto.

El selecionado local presentó la lista de buena fe para el Mundial incluyendo a un delantero que recién había aparecido 71 días antes del debut de un certamen con mucha presión. De hecho, ni siquiera fue titular en el estreno pero cuando Vicini vio que la situación seguía carente de goles le dio una oportunidad recordando lo que le había dicho Gullit.

Faltando 15 minutos para el final de aquél primer partido ante Austria, el 0 a 0 parecía inamovible en el Olímpico de Roma. El técnico decidió reemplazar a Carnevale por Schillaci y, tan sólo 180 segundos después, el palermitano infló las redes de Klaus Lindenberger para marcar el 1 a 0 decisivo que le daba oxígeno y felicidad al dueño de casa.

«Totó» volvió a mojar en Italia 90 contra Checoslovaquia, en octavos de final con Uruguay, en cuartos con Irlanda, en semis con Argentina, y hasta hizo el tanto decisivo para que los locales obtuvieran el tercer puesto frente a Inglaterra. Su apodo tal vez quería decir algo. Tenía mucho esfuerzo pero también demasiada suerte. Su carrera pegó un salto clave un año antes de la Copa del Mundo y no duró mucho más porque en su seleccionado pasó de ser el goleador a infectarse de esa sequía.

Tras el Mundial, Schillaci volvió a vestir ocho veces más la casaca de Italia y solamente pudo meter un tanto que sirvió de poco en las eliminatorias para la Eurocopa de 1992 ante Noruega. Ya tampoco rendía en la Juventus y pasaría al Inter donde no lograron recuperarle el ego. Y acabó su trayectoria pasando cuatro temporadas en el Júbilo Iwata de Japón.

Acerca de Marcelo Patroncini 22682 Articles
Nació en agosto de 1982. Leonino y soñador. Desde chico jugaba a ser periodista con la máquina de escribir que había en su casa. Amante del fútbol, la gastronomía y los viajes. En 2005 fundó Vermouth Deportivo junto a Fran Alí.