Más allá de la espina clavada por esa final perdida con Alemania en el Olímpico de Roma, la Albiceleste que participó en Italia 90 quedó dentro del corazón de todo el pueblo por su entrega, por el cariño a muchos jugadores que no se iban de golpe a Europa y pasaban varias temporadas en los torneos locales. Y, por sobre todo, que varios tuvieron alguna que otra experiencia en las categorías menores.
«Hay clubes de ascenso que no tienen razón de ser» lanzó hace unas semanas un periodista en TyC Sports. Claro que esos dichos contaron con las disculpas pertinentes pero, más allá del amor subjetivo por esas divisionales, es importante destacar que esa Selección Argentina se formó con más de la mitad de sus jugadores que probaron lo que fue no jugar sólo en Primera.
Incluyendo a Ángel David Comizzo, que se sumó por la lesión de Nery Pumpido, y al entrenador, Carlos Salvador Bilardo, fueron 14 de 24 los hombres que tuvieron un paso por el fútbol de ascenso ya sea antes o después de haber vivenciado Italia 90. Algunos con casos poco conocidos, otros para gastar sus últimos cartuchos, la realidad llevó a que sin las entidades de barrio, de sus lugares de nacimiento, sin esos clubes, tal vez muchos ni siquiera hubiesen llegado a cantar el himno en una Copa del Mundo.
Los diez jugadores que no pasaron por el ascenso fueron Nery Pumpido, Abel Balbo, Edgardo Bauza, Claudio Caniggia, Néstor Lorenzo, Ricardo Giusti, Julio Olarticoechea, Roberto Sensini, Juan Simón y Diego Maradona. Y ojo, el Diego ha visitado en varias ocasiones al Deportivo Riestra que jamás pasó por la elite del balompié local. El resto de los que aparecieron en la lista de buena fe tuvieron las siguientes experiencias.
SERGIO BATISTA – El «Checho», ídolo de Argentinos Juniors y con gran paso en River Plate, post Italia 90 jugó para Nueva Chicago en 1992 y se retiró en All Boys donde estuvo entre 1997 y 1999.
JOSÉ HORACIO BASUALDO – El «Pepe» debutó en Villa Dálmine en 1981 y se mantuvo por seis temporadas. De Campana se fue a Corrientes donde logró el inolvidable ascenso del Deportivo Mandiyú a Primera en 1988. Y para darle un broche de oro, se retiró en el Viola junto a otro de los subcampeones del mundo como Pedro Troglio.
GABRIEL CALDERÓN – Antes de jugar en Racing, el centrodelantero tuvo sus inicios en Germinal de Rawson. De Chubut recaló en Gerli sin escalas. En el ascenso metropolitano jugó en El Porvenir y en Lanús en la década del setenta cuando recién hacía sus primeras armas.
JORGE BURRUCHAGA – Su debut futbolístico se produjo en Arsenal de Sarandí donde jugó tres campeonatos. Como DT, y ya después de todo lo que había conseguido como futbolistas, condujo las riendas, entre otros, de Los Andes y Defensa y Justicia en categorías menores.
GUSTAVO DEZOTTI – El «Galgo» pisó el ascenso argentino después de aquella Copa del Mundo y de pasear su fútbol por Italia. Fue parte de Quilmes en 1997 en años donde el Cervecero luchaba a más no poder para volver a la elite y no lo lograba.
NÉSTOR FABBRI – La «Tota» debutó en All Boys. Tras el ascenso de Racing a Primera, fue parte de los jugadores que fueron a préstamo por seis meses a Argentino de Mendoza para jugar en la liga de dicha provincia cuyana. Y, como no podía ser de otra manera, se retiró en Floresta devolviéndole gentilezas al club que lo vio nacer.
SERGIO JAVIER GOYCOCHEA – El «Vasco» oriundo de Lima, dio sus primeros pasos en un club de dicha localidad. Su debut en AFA se da defeniendo los tres palos del CADU. En Defensores Unidos de Zárate estuvo tres temporadas hasta que River Plate se lo llevó y luego hizo historia en varias tandas de penales.
PEDRO DAMIÁN MONZÓN – El «Moncho» acabó en el ascenso y, de hecho, actualmente es el entrenador de Argentino de Quilmes en la B Metropolitana pero también supo conducir, por ejemplo, las riendas de Platense. El ex Independiente de Avellaneda, como futbolista, tuvo un paso por Atlético Tucumán y Quilmes en el Nacional B.
JOSÉ TIBURCIO SERRIZUELA – Quizás uno de los casos más emblemáticos de la razón de ser de los clubes de ascenso. Debutó en Los Andes y jugó cuatro años en el Milrayitas. Pasó a Rosario Central donde fue parte del plantel que devolvió al Canalla a la elite. Sin embargo la tuvo que seguir luchando y continuó en la B transpirando la casaca de Lanús. En el Nacional fue pieza clave de Talleres de Córdoba y acabó colgando los botines donde arrancó, en Lomas de Zamora. Más tarde probó suerte como DT de Berazategui.
OSCAR RUGGERI – Uno de los casos más extraños y de los cuales no hay mucha información al respecto. Nacido en Corral de Bustos, hay medios como La Voz del Interior o Clarín que aseguran que el «Cabezón» hizo inferiores en General Paz Juniors. Después se probó en Rosario Central y finalmente siendo muy joven debutó en Boca Juniors. También tuvo un paso por el Real Jaén de la segunda división B del fútbol de España.
PEDRO TROGLIO – Después de Italia 90, cuando ya había brillado en River pero así también en el fútbol tano, el mediocampista ofensivo regresó al país, descolló en Gimnasia La Plata, pero se retiró en Villa Dálmine junto al caso ya mencionado del «Pepe» Basualdo.
FABIÁN CANCELARICH – «Teresa» fue el tercer arquero de ese Mundial pero automáticamente se convirtió en el suplente de Goycochea tras la lesión de Pumpido. Acabó su carrera atajando para Central Córdoba de Rosario tanto en el Nacional B como en la B Metropolitana ya entrado el nuevo milenio.
ÁNGEL DAVID COMIZZO – Confirmado por el «Flaco», sus primeros partidos fueron defendiendo el arco del Racing de Reconquista, su ciudad natal en la provincia de Santa Fe. Más tarde, el otrora guardameta de River y Banfield, fue técnico de Talleres de Córdoba en el Nacional B.
CARLOS SALVADOR BILARDO – Fue el director técnico de Argentina en Italia 90 pero varias décadas atrás, como jugador, supo ganarlo todo con Estudiantes de La Plata. Sin embargo, el «Narigón», tuvo un paso por Deportivo Español como futbolista en le década del sesenta cuando el Gallego militaba en las categorías menores.