El Taladro derrotó por la mínima diferencia al Rojo en el Libertadores de América y no sólo dejó sin entrenador a su rival sino que además se metió de lleno en la pelea por el título al quedar un punto por debajo de Boca Juniors que aún debe su partido frente a Colón de Santa Fe. Los dirigidos por Julio César Falcioni hilvanaron una seguidilla de cinco triunfos consecutivos para cerrar el 2016 ilusionados con dar una vuelta olímpica más de la mano del DT que ya los había llevado a la gloria.
Banfield lleva tres partidos sin que le conviertan goles. Le ganó a Estudiantes de La Plata para pincharlo y desinflarlo de la punta, tampoco tuvo piedad con Newell´s que soñaba con la cima y ni hablar de su última victoria ante un Independiente que aparentaba estar en levantada pero volvió a tropezar con su realidad y su carencia futbolística. En Peña y Arenales la cabeza no para de imaginarse lo que puede ser un 2017 y se lamentan por todos lados que se venga este parate por el receso estival que podría frenar el envión de los del sur bonaerense.
No fue un partido muy vistoso pero el Taladro tomó la iniciativa con dos intentos de Santiago Silva. Martín Campaña se encargó de evitar la caída de su valla tal como lo hizo Hilario Navarro con un mano a mano que le contuvo Juan Sánchez Miño. Así cerraron el primer tiempo en cero demostrando el Rojo que había mejorado en la faceta defensiva tras el clásico ante Racing.
En la complementaria también tuvieron ocasiones para abrir la cuenta. Nicolás Figal se lo perdió a poco del final y, en tiempo de descuento, fue el ex Olimpo, Juan Cobo quien no tuvo piedad para sacudir contra la red y torcer la historia de un empate que parecía clavado sin goles.
Independiente trastabilló una vez más y quedó lejos del puntero. Así los de Avellaneda cerraron un 2016 intrascendente al que se le sumó la salida de Gabriel Milito como director técnico. Banfield, en su momento más dulce, sueña con que la racha continúe el año que viene. ¿Y Cóbo no ilusionarse?