El sueño de volver al lugar donde nunca se tuvo que haber ido se concretó después de mucho esfuerzo y sacrificio. El Globo perdió la categoría en la temporada 1985/86, años después que otros grandes como San Lorenzo y Racing lo hicieran, pero la suerte del regreso se le venía haciendo esquiva. El 19 de mayo de 1990, hace exactamente tres décadas, el Quemero derrotaba por 1 a 0 a Los Andes en Lomas de Zamora, se consagraba campeón de la B Nacional, y regresaba a la elite.
Una marea inundó Parque Patricios para recibir a sus héroes. Allí estaban Héctor Herrero, ídolo de la gente por un gol inolvidable un clásico ante el Ciclón, Gabriel Puentedura, Carlos Amodeo, Ariel Wiktor, Sergio Saturno. Pero también se encontraban las promesas del club como Fernando Quiroz y Antonio Mohamed que, tiempo más tarde, descollarían en otros elencos del fútbol argentino y del exterior.
En el primer certamen de la historia del Nacional B, el elenco Quemero debutaba también en la segunda división. El ascenso de un formidable Deportivo Armenio y, una derrota en semifinales del octogonal ante Belgrano, acababan con las ilusiones de un plantel que tuvo, en José Raúl Iglesias, al máximo goleador de aquella temporada 1986/87.
Deportivo Mandiyú había arrasado en el torneo siguiente pero Huracán tenía la gran chance de barrer la mufa en el Reducido. Limpió a Douglas Haig de Pergamino, y se dio el gusto de eliminar al Pirata, verdugo del campeonato pasado. No obstante, un escalón antes del partido decisivo, su ilusión de volver a Primera Divisón se topó con un Chaco For Ever durísimo.
De hecho, para la temporada 88/89, los de Resistencia lograron el título y por consiguiente el histórico ascenso a la elite del fútbol argentino mientras que el deseo de la entidad de Parque Patricios se hacía añicos nuevamente en el octogonal cuando Colón de Santa Fe lo despidió derrotándolo tanto en la ida como en la vuelta. Sin embargo, todo iba a cambiar en el certamen siguiente para el Globo.
El torneo del Nacional B que comenzó el 12 de agosto de 1989 encontró a un Huracán que debutó con un empate frente a Villa Dálmine por 1 a 1. Aquél tanto del «Turquito» Mohamed servía para sumar a pesar que a la fecha siguiente también cosechó otra parda en su visita a Central Córdoba de Santiago del Estero. No obstante, los triunfos no se iban a hacer desear, y ya en la tercera jornada le propinó un 4 a 0 inolvidable e inapelable a Defensa y Justicia con un doblete de Víctor Hugo Delgado.
La media inglesa para el Globo se extendió hasta la fecha 13 cuando se cruzó con un viejo conocido. Belgrano, en Córdoba, y con gol de Juan Spallina le arrancaba el invicto al elenco que conducía Carlos Babington. Sin embargo, los porteños se recuperaron rápidamente goleando en el Tomás Adolfo Ducó al Quilmes que le pisaría los talones hasta la recta final del certamen.
Tras vapulear al Cervecero, la confianza de Huracán estaba por las nubes y, hasta incluso, gozaría más tarde con un 5 a 1 sobre Almirate Brown y un 3 a 1 ante Los Andes. Pero no todas era alegrías. En diciembre de 1989 trastabilló con Tigre y, previo a Navidad, cayó con Atlético Rafaela. El año siguiente lo arracó perdiendo estrepitosamente en Campana y, más allá de un par de victorias, volvería a padecer con un aplastante caída frente a Atlético Tucumán en el Jardín de la República.
En la fecha 31, Banfield le ganó 1 a 0 a los del «Inglés» Babignton y a Quilmes se le subía la espuma. Brindaba porque sabía que se acercaba la final anticipada. El Cervecero venía arriba y soñaba con sumar de a dos ante los de Parque Patricios. En una jornada tremenda, disputada en el viejo estadio de Guido y Sarmiento, el Quemero se impuso por la mínina ante los del sur del Gran Buenos Aires con un tanto de Wiktor.
Quedaban siete capítulos para el desenlace y el Decano sintió el golpe de esa derrota dejando puntos a más no poder en la recta final. El Globo, en cambio, se infló con un triunfo sobre Talleres de Remedios de Escalada, otro sobre Deportivo Maipú de Mendoza, una nueva goleada ante Almirante Brown, una victoria con sabor a revacha frente a Tigre, hasta llegar al 19 de mayo de 1990.
Lomas de Zamora era el punto de encuentro para todas esas ilusiones del mundo Quemero. Había que ganar para ya no depender de nadie pero incluso Cipolletti le tendió una mano derrotando a Quilmes en Río Negro. La fiesta estaba asegurada y el gol del «Turquito» Mohamed le aseguró no sólo el título sino también el regreso a la elite del fútbol argentino.
El delirio se trasladó desde el sur del Gran Buenos Aires hasta la sede en Parque Patricios. Las calles inundadas de fanáticos celebrando a más no poder esa revancha, ese retorno al lugar del cual nunca debió irse el Globo. Todo sucedió aquél sábado 19 de mayo de 1990, cuando hace exactamente 30 años Huracán le demostraba al mundo entero que siempre fue de Primera.