El choque entre el Millonario y el Decano terminaba sin goles pero no sin polémicas como el gol anulado a Paulo Díaz al final del primer tiempo hasta que Rondón puso la cabeza en la última para un agónico triunfo riverplatense.
En su cancha River quería seguir con la racha de triunfos en fila (buscaba el décimo octavo) ante un Atlético Tucumán que arrastraba una buena racha sin caídas. En el bosquejo inicial, como suele ser costumbre, arrancó dominando el equipo de Martín Demichelis que tuvo buena chance en los pies de Borja. La visita apostó a la pelota parada pero desde el córner mismo ya que Ramiro Carrera tuvo dos ocasiones de manera olímpica que no entraron por poco. No le funcionó tanto en el primer tiempo el tridente de volantes ofensivos (Nacho, Lanzini y Barco) mientras que el Decano era muy aplicado y ordenado para no dejar espacios pero no relegaba del todo el ataque ya que tuvo alguna chance. En el final se dio la gran polémica con el grito de Paulo Díaz que marcaba en la última pero tras una larga deliberación del VAR fue que se determinó como fuera de juego desatando la furia de la gente millonaria.
Para la segunda parte ambos equipos hicieron variantes. Atlético se dedicó a cerrarle los caminos por el medio. Colidio y Rondón ingresaron para cambiar una complicada ecuación planteada por la visita. Lo que no podía ser por abajo lo intentaba por arriba con la presencia de Funes Mori en el área contraria. Pero la contra de Atlético era picante y fue Mateo Coronel que reventó el palo en un disparo cruzado tras un bochazo largo. Palavecino y Solari fueron los últimos salvavidas que tiro Micho para torcer el rumbo. Más allá de eso todo le resultó complicado al local que nunca encontró la calma para perforar. Hasta que Solari metió un gran centro y Rondón la cabeza para que River festeje a los 48 minutos. 18 éxitos en fila en el Mâs Monumental.