Un diez perfecto. El primero en la historia de los Juegos Olímpicos en gimnasia. La joven Nadia Elena Comaneci, nacida en Onesti, Rumania, deslumbraba al mundo con una presentación sublime, intachable, inmaculada, en Montreal 1976. Cuarenta y tres años después, en una playa, la atleta mostró que continúa impecable y celebró semejante proeza con una medialuna que se llevó un sinfín de aplausos y recuerdos.
Las barras nunca habían tenido una deportista que endulzara el paladar de un jurado que no dudó a la hora de calificar a la europea del este. Hasta aquél entonces la puntuación más alta que que le habían puesto a un gimnasta era de 9.95 pero ella logró lo que nadie había conseguido.
El primer diez de la historia de la gimnasia se produjo hace exactamente 43 años en Canadá. Más de 18 mil personas tuvieron la fortuna de estar presentes en el recinto pero millones lo siguieron por televisión. Rumania tenía una jovencita de 14 años que posicionaba al país en la primera plana de todos los diarios.
Para celebrar aquél 18 de julio de 1976, ya con 57 primaveras sobre sus espaldas por con una elasticidad tan envidialbe como fascinante, Nadia Elena Comaneci subió un video a sus redes haciendo una medialuna en la playa. Pasaron exactamente 43 años y emocionó a todos una vez más. La chica que se hizo grande con un diez perfecto.